La innovación aplicada al sector agroalimentario fue el principal asunto sobre el que gravitó el debate organizado esta semana por el diario La Opinión, con el patrocinio de Bankia. La mesa estuvo conformada por Víctor Serrano, director del Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario (Imida); Juan Manuel Ruiz, consejero delegado de Kettle Produce España; Juan José López, CEO de la empresa OP Looije; José Luis Munuera, catedrático de la Universidad de Murcia (UM) y miembro de la plataforma Ecosistema de Innovación de la Región de Murcia; y Jose Gil García, responsable de Negocio Agro de la territorial de Bankia en Murcia y Alicante.

Algo que dejó claro la mesa de expertos desde la primera intervención es que la innovación no sólo consiste en la introducción de nuevas tecnologías, sino que es un valor más amplio que incluye la creación de nuevos productos y de estrategias de comunicación y comercialización en función de las tendencias que se detectan en el consumidor. Innovar no sólo para buscar una mayor rentabilidad, sino también para ajustarse a las demandas sociales, ambientales o de salud, con sus correspondientes normativas. En ese sentido, el director del Imida destacó las limitaciones legales para el uso de determinados productos que se habían estado utilizando desde siempre: «O encontramos alternativas o morimos». Por su parte, el consejero de Kettle Produce (productor de brassicas), Juan José López, apostó por la integración de jóvenes agricultores en sistemas vinculados a la economía circular y participativa, como condición necesaria para que el impulso innovador sea una realidad en la agricultura murciana; algo en lo que se está trabajando en la empresa Agesco, dedicada a la fruta de hueso. También pidió centrar la atención en el aprovechamiento de los subproductos y en el ecoturismo.

La atracción de talento también fue uno de los asuntos que abordó el CEO de Looije, que defendió que no se producirá mientras se siga percibiendo el campo como un castigo, «un sombrero de paja y un palillo». Esta imagen tradicional contrasta con la que puede verse en los invernaderos inteligentes, (con tecnología de vanguardia), de esta empresa especializada en la producción y comercialización de tomates Cherry, la cual aplica sistemas de inteligencia artificial para controlar al milímetro la producción y la calidad del producto final.

Otro de los temas que más se abordaron fue el déficit de coordinación entre administraciones, universidades y empresas. Para el profesor Munuera, uno de los grandes frenos a la innovación regional en este campo es, además de la escasa financiación pública, la «multiplicidad de organismos oficiales» dedicados a ella, y la visión individualista y competitiva de algunos de sus actores, como las universidades, que, en su opinión, no colaboran a no ser que estén obligadas. Esta visión fue matizada por el máximo responsable del Imida, que considera que sí existen áreas de contacto entre esas entidades, aunque aceptó en parte los argumentos y compartió el compromiso de incrementar la optimización de los recursos y los lazos de colaboración.

Para hacer frente a la dispersión del esfuerzo innovador nació el Ecosistema de Innovación de la Región de Murcia, al que pertenece José Luis Munuera, una plataforma integrada por investigadores y empresas que se ha marcado como objetivo que la Región invierta al menos el 2 por ciento de su PIB en I+D+i.

Todos los participantes estuvieron de acuerdo en que la supervivencia de las empresas, de cualquier sector, sólo puede avalarse con la apuesta firme de la innovación. Un caso paradigmático de esta máxima lo encontramos en la empresa Looije, que en 2005 llegó a plantearse el cierre tras años de pérdidas por una equivocada estrategia empresarial que anteponía la producción a cualquier otra consideración. Sólo cuando el objetivo pasó a ser el sabor y el medio para conseguirlo fue la innovación, lograron levantar cabeza y convertirse en una referencia del sector con más de 600 empleados en la actualidad.

La mesa insistió mucho en la aplicación práctica de las propuestas innovadoras y se compartieron algunos casos de éxito en la Región. El director del Imida destacó, entre otros, la lucha biológica, «donde somos referencia a nivel nacional», la Red del Sistema de Información Agrario de Murcia (SIAM), única en España, y el sistema de georreferenciación y la teledetección para el seguimiento de las ayudas de la PAC.

Para Jose Gil García, responsable Agro de la Dirección Territorial de Bankia en Murcia y Alicante, uno de los grandes retos del sector es «la unión y la transferencia de conocimiento entre los tres mundos: la Administración Pública, la universidad y la empresa». Otros grandes retos son, para Gil García, reducir el impacto del cambio climático y la escasez de recursos como la falta de agua y de superficie cultivable para una población en continuo aumento.

Bankia apostó por ser la entidad referente en el mundo agrario a nivel nacional, y para ello puso en marcha la Dirección de Negocio Agro «y en verano lanzamos un total de 380 oficinas específicamente dedicadas a este sector, de las cuales 51 están localizadas en la Región: Campo de Cartagena, Valle del Guadalentín, Noroeste, Altiplano?», explicó José Gil, que aclaró que «aunque no han dejado de ofrecer los servicios que puede ofrecer cualquier oficina a particulares y empresas, también se las ha dotado de especialistas y productos agrarios para cubrir las necesidades que puedan tener todos los clientes de este sector, autónomos o empresas de diversa facturación». El responsable de Bankia indicó que es muy satisfactorio acompañar «en ese mundo tan bonito e importante como es la agricultura a estos gerentes en su proceso financiero y de innovación».

En cuanto a los retos que están por llegar, el representante de Bankia señaló cinco: la digitalización, la producción sostenible, la adaptación a las nuevas tendencias, la comunicación de los avances y acortar la distancia entre el productor y el consumidor final.

Las conclusiones reforzaron la idea de que la agricultura murciana no puede permitirse perder ritmo en la carrera por la innovación si quiere seguir siendo una referencia mundial, por lo que debe sumar a sus múltiples y envidiables condiciones geográficas y climatológicas la convicción de que sólo a través de la evolución tecnológica, la transferencia de conocimiento y los nuevos procesos de organización será posible sobrevivir y afrontar el futuro con esperanza.

El director del Imida aseguró que se ha encontrado con dos tipos de empresa: la que está convencida de que innovar no es una opción, sino una obligación; y la que sigue obsesionada sólo en producir y no en el futuro. Por ello, insiste en la necesidad de trabajar en la concienciación. «La innovación no es una tendencia, es una forma de vida», concluyó el CEO de Looije, que aseguró que si la Región quiere competir con los países del norte en tecnología la batalla estará perdida, y que si pretende hacerlo en precios con los países del sur del Mediterráneo también, «pero podemos ser los mejores en sostenibilidad, en sabor; debemos buscar nuestra identidad única».

El consejero de Kettle cerró su participación asegurando que se está produciendo un cambio generacional que nos obliga a todos a mirar a largo plazo, a cuidar y formar a los jóvenes agricultores, «porque serán los empresarios del futuro».

Por último, el responsable de Bankia reafirmó no sólo el objetivo de esta entidad en ser un referente financiero para la agricultura, sino el de ayudar a convertir a la Región de Murcia en un líder mundial.