Fundación Temehi es un centro socio-sanitario dirigido a la rehabilitación biopsicosocial de mujeres drogodependientes que han podido sufrir violencia de género. Las usuarias acceden al centro de manera voluntaria para recibir tratamiento en comunidad terapéutica residencial.

La metodología se basa en la terapia grupal: «A pesar de las edades tan dispersas, todas las usuarias tienen vivencias parecidas», explica Mari Carmen Reche, educadora social de la fundación. Estas terapias, explica, ayudan a empatizar y a identificar situaciones similares: «Esto les ayuda a perder la vergüenza y el miedo de contar lo que les ha pasado».

La forma de intervención con las pacientes es el aprendizaje mediante técnicas y refuerzos que les ayuden a gestionar y resolver los conflictos que se generan en su vida. «También trabajamos sobre el entorno más inmediato de las mujeres, siendo la familia una pieza clave en el desarrollo durante el programa», manifiesta Reche.

Otra de las actuaciones de la fundación es dotar a las usuarias de instrumentos para comenzar una nueva vida. A través de talleres y cursos de orientación laboral, se las ayuda en la reinserción: «Cuando entran al centro carecen de rutina, pero poco a poco se van empoderando con herramientas que les hacen tener una autoestima y un autoconcepto que no sabían que tenían».

La covid-19 también ha modificado su forma de proceder: «Antes de estar inmersos en esta pandemia, las usuarias podían salir y recibir visitas. Actualmente, eso no es posible». El centro ha tenido que prescindir de las actividades de ocio que se hacían al aire libre y sustituirlas por nuevas actividades como un cinefórum.

Además, indican que durante el confinamiento ha aumentado la violencia y el consumo en los hogares, lo que ha supuesto que la fundación se encuentre al máximo de su capacidad, con diecisiete plazas cubiertas.