Los centros educativos de la Región de Murcia han comenzado una carrera a contrarreloj para adquirir medidores de dióxido de carbono como complemento para lograr unas aulas lo más seguras posibles frente al coronavirus de cara a los meses más fríos del año. La ventilación natural con la apertura de puertas y ventanas en las aulas ha demostrado ser el método más efectivo contra los posibles contagios de coronavirus, pero con la bajada de temperaturas muchos centros deben lograr un confort térmico en las aulas para que los alumnos no pasen frío.

Según señalan colegios e institutos consultados, en las últimas semanas muchos de ellos han comenzado a adquirir aparatos de medición de dióxido de carbono para comprobar que la ventilación cruzada en las clases es la adecuada. Debido a que muchos de estos aparatos son producidos por empresas extranjeras, la tardanza en el envío o la falta de existencias por la alta demanda está complicado su adquisición por parte de los centros.

En el colegio San Cristóbal de Cartagena, a través del AMPA, se compraron con previsión varios medidores para cubrir todas las aulas del centro pero todavía no han llegado. Rocío Marín, jefa de estudios del colegio, señala que estos aparatos estarán disponibles en una o dos semanas y mientras tanto van a instalar 17 purificadores de aire con filtros HEPA como otro complemento a la ventilación cruzada en las aulas. Su centro también va a propiciar clases al aire libre instalando mesas de madera en el patio para el alumnado.

La Consejería de Educación ya señaló a los centros que estos purificadores no pueden garantizar por sí solos una calidad de aire adecuada y que pueden crear una sensación falsa de seguridad. «Los equipos portátiles se recomiendan y son especialmente útiles en locales sin ventilación y de pequeño tamaño. La instalación de estos equipos en locales con una adecuada ventilación, de mayor tamaño, producirá mejoras en la calidad del aire, aunque de manera poco significativa», señalaba la Consejería de Salud en un informe sobre el uso de los purificadores de aire en las aulas.

El pediatra Juan Antonio Ortega, jefe de la Unidad de Salud Medioambiental Pediátrica del hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia, desaconseja la compra de purificadores y prioriza la ventilación de las aulas al menos con las ventanas abiertas 15 centímetros para lograr un confort térmico este invierno. Aconseja la compra de medidores de dióxido de carbono para comprobar que haya unos niveles inferiores a 700 ppm de CO2. En caso de no poder garantizar esto, se deben buscar alternativas como dar clases en espacios al aire libre.

Mariola Sanz, directora del colegio Nuestra Señora de los Ángeles de El Esparragal, señala que que su centro ha encargado ocho medidores de CO2 y que han descartado la compra de purificadores dado que los precios de estos aparatos homologados y de buena calidad pueden alcanzar los 900 euros.