Actualmente, cerca de 400 mujeres que han sobrevivido a la violencia de género forman parte activa de la plantilla de Clece en los distintos servicios que ofrece la compañía a empresa y administraciones públicas de todo el país. Es el caso del Servicio de Ayuda Domiciliaria (SAD) del Ayuntamiento de Murcia, un servicio que permite que cada día 2.500 personas dependientes dispongan de ayuda en tareas cotidianas como hacer la compra, vestirse, ducharse o limpiar y que cuenta en su plantilla con mujeres que han sido víctimas de la violencia de género, mujeres que hoy afrontan su nueva vida con estabilidad laboral.

Para esta misión, Clece cuenta con la ayuda de la Fundación Radio ECCA, un centro oficial de educación a personas adultas que, a través de su programa social Mujer Avanza, subvencionado por el Instituto Murciano de Acción Social y el Fondo Social Europeo, impulsa la empleabilidad y la inserción sociolaboral de este colectivo en la Región de Murcia. En 2020, la colaboración entre Clece y Radio Ecca ha posibilitado la contratación de 17 mujeres, de las cuales 7 se han integrado en el SAD.

Ana Belén Marco, coordinadora del programa Mujer Avanza de Fundación Radio ECCA señala cómo las oportunidades laborales brindadas por Clece representan un antes y un después en la vida de estas mujeres: «Para ellas supone libertad y autonomía personal, independencia económica, la mejora de su bienestar emocional y de la calidad de vida de su familia; y, además, sentirse capaces y valoradas». Y añade: «Una de las cosas que más aplaudo de Clece es que -en cuanto pueden- pasan a ser indefinidas».

Con una trayectoria de más de 35 años, el SAD de Murcia cuenta con alrededor de 350 auxiliares que atienden diariamente a cerca de 2.500 personas usuarias, con una media de 400.000 horas de prestación de servicio anual.

Desde 2017, Clece gestiona este servicio que ha adquirido un valor trascendental durante la crisis sanitaria de la covid-19, amparando durante toda la pandemia a personas mayores dependientes y ayudándoles en actividades como el suministro de comida y medicamentos o la desinfección de sus hogares, entre otros.

Experiencias en primera persona

Un trabajo esencial del que, como señala F. M., «es una pena que no se oiga hablar a ningún político porque también ha sido vital durante estos meses de confinamiento». Separada y con dos hijos, F.M. cuenta cómo llegó a Clece tras pasar por las distintas administraciones sin recibir ninguna ayuda: «En 2018, cuando denuncié y me separé, llamé a Ana Belén, a la que conocía de una sustitución que había hecho años atrás. Llevaba un tiempo sin encontrar ayuda en ningín sitio y fue un alivio escuchar al otro lado del teléfono: ‘Tranquila, que yo te ayudo’. Seis meses después, tenía un contrato indefinido». Y añade: «Mi trabajo en el SAD me hace sentirme útil, y lo que es más importante, están a mi lado a nivel profesional y humano cuando he tenido un juicio, que llevar a mi hija al médico… Se necesitan más empresas como Clece, que se pongan del lado del que sufre».

En esa misma línea, I. H. M. destaca la oportunidad que le ha brindado su trabajo en el SAD y la flexibilidad con la que se han adaptado a sus condiciones personales: «Gracias a Clece tengo un contrato indefinido de media jornada y estoy muy contenta. Se han adaptado a mis condiciones familiares -sola con 2 hijos-, y eso para mí es super importante».

Clece trabaja desde hace más de 15 años para la inclusión laboral de personas en riesgo de exclusión social. «Las mujeres víctimas de violencia de género son uno de los colectivos en los que se focaliza el proyecto social de Clece y sobre el que la compañía está especialmente sensibilizada», señala Raul González, delegado de Clece en la Región de Murcia.

Con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, Clece ha promovido una campaña para la contratación de 130 mujeres en toda España durante este mes de noviembre. Se trata de una iniciativa con la que la empresa quiere dar un paso más en su apuesta por la integración laboral de las mujeres que han sufrido violencia de género, conscientes de que una oportunidad laboral representa «la llave» a una nueva vida.

«Tengo un contrato indefinido y soy feliz con mi trabajo»

M.L.M, madre de 4 hijos a los que tuvo que sacar adelante sola cuando dio el paso de denunciar y separarse de su pareja, refrenda con su testimonio y la experiencia vivida las mejores emocionales y laborales que le ha concedido trabajar con Clece: «Cuando llegué al SAD de Murcia estaba sin trabajo, con cuatro hijos y con riesgo de que me quitaran la custodia de la pequeña. Durante años viví en silencio por miedo a que mi familia se enterara y a las represalias de mi marido, pero un día me planté… y volví a nacer».

Diplomada como auxiliar de enfermería y con una formación sociosanitaria recién terminada, M. L. M. recuerda su primer contacto con la empresa y la importancia de formarse para «continuar abriendo puertas», aunque recalca que «tendrán que ser compatible con mi trabajo, porque no pienso dejar Clece». «Desde ECCA me pusieron en contacto con Clece, me entrevistaron y dos años después tengo un contrato indefinido y soy feliz con mi trabajo».

Clece en Murcia