El distanciamiento social y todas las medidas de protección y prevención contra el coronavirus como el menor número de alumnos por clase o el lavado de manos han traído una parte positiva respecto a uno de los mayores problemas al que tienen que hacer frente los padres todos los años. «Por esta época y en otros años habríamos enviado numerosos escritos a los padres recordando tratamientos y forma de prevención de contagio, pero es que este curso no hay piojos», explica Mariola Sanz, directora del colegio Nuestra Señora de los Ángeles de El Esparragal y presidenta de la Asociación de Directores de Primaria.

La ausencia de aglomeraciones en los colegios e institutos, las medidas de distanciamiento social en clase, el mayor control sobre los menores a la hora de jugar juntos está conllevando una menor propagación de estos insectos que pueden aparecer tanto en el pelo de la cabeza, las cejas o las pestañas. Los piojos no saltan ni vuelan, por lo que necesitan el contacto cabeza con cabeza para arrastrase de un cuero cabelludo a otro. «Y como estas situaciones no se dan porque los niños mantienen la distancia entre ellos, no hemos tenido problemas de este tipo», subraya la directora.

La situación positiva también la remarcan los pediatras Antonio Iofrío y Juan José Vigueras, de la Asociación de Pediatría Extrahospitalaria y de Atención Primaria de la Región de Murcia. «Si no se comparte nada, ni gorros ni bufandas y los niños mantienen la distancia entre ellos, está claro que va a haber menos casos de menores con piojos», explica Iofrío. «En general, van a haber menos casos de infecciones respiratorias también, a parte de los piojos. Si se usa la mascarilla correctamente, prevemos que va a haber un reducción de niños con gripe ya que esta protección facilita que no se propague el virus por el aula».

Por lo pronto, ambos pediatras no han tenido consultas sobre piojos y se ha reducido la atención a menores con infecciones respiratorias. «En general, los padres no van al pediatra por un contagio de piojos, sino que ya van directamente a las farmacias a comprar un tratamiento».

En las farmacias señalan lo mismo: «No hay piojos». No hay, y por tanto caen las ventas de los productos para desinfectar el cuero cabelludo de los niños. Cesar Toledo, que regenta la farmacia de la plaza de La Opinión, señala que con respecto al año pasado, ha tenido la mitad de ventas de este tipo de productos. Su escaparate se mantiene lleno de lociones o espray que no ha vendido hasta ahora por la falta de demanda. En la misma situación se encuentra el farmacéutico Antonio Galindo, quien señala que del producto más demandado para combatir los piojos este año ha logrado vender la mitad que en 2019.

Los pediatras aun así se mantienen a alerta y señalan que fuera del colegio, en un entorno menos controlado como puede ser un parque o en casa con amigos, los niños sí pueden acabar pasándose estos insectos unos a otros al perder la distancia social.