La farmacéutica suiza Novartis anunció este viernes que ha alcanzado un acuerdo con la empresa australiana Mesoblast por cincuenta millones de dólares para comprar la licencia y los derechos de manera exclusiva de una terapia celular que puede aplicarse a pacientes graves con covid-19 y en aquellos que sufren dificultades respiratorias. La idea original de esta terapia partió de España, de la Red de Terapia Celular que coordina el murciano José María Moraleda, jefe del Servicio de Hematología y Hemoterapia del Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca.

En el origen de esta aplicación de las células madre mesenquimales, del tejido adiposo, estuvo involucrado otro murciano, Damián García Olmo, cirujano especialista en cáncer colorrectal en el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz en Madrid, que lleva trabajando con las propiedades antiinflamatorias de estas células (aplicadas para tratar la fístula perianal), desde hace más de 20 años , «la compra de Novartis es un acontecimiento que nos refuerza a todos, y creo que es justo recordar que el primer 'paper' que recogió esta idea es español, lo cual es una gran satisfacción y creo que está bien que recordemos como surgió: fue un día de marzo, estábamos desesperados viendo cómo se llenaba el hospital de pacientes covid, cómo muchos morían y te preguntabas: '¿qué más puedo hacer?' Y así surgió, nos pusimos a estudiar el uso de las células madre mesenquimales contra las más graves consecuencias de la covid, y el primer paciente fue tratado en mi hospital en el mes de abril con muy buenos resultados».

Esta idea derivó en un proyecto: BALMYS-19, coliderado por García Olmo junto con el profesor de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche e investigador del Instituto de Investigación Sanitaria de Alicante (ISABIAL), Bernat Soria. En julio de este año tuvo lugar el primer hito: la publicación de los resultados de un estudio de aplicación del medicamento celular a trece pacientes intubados en ventilación mecánica que demostró ser eficiente para la mejoría clínica. En el estudio participaron otras siete universidades y seis hospitales españoles.

Este estudio concluyó con un dato muy llamativo: la terapia reducía la mortalidad de pacientes graves covid del 85 por ciento al 15, «es real, pero ese resultado se obtuvo sólo sobre trece pacientes; yo no hubiera escrito ese titular porque estamos en una etapa muy inicial; nuestros colegas norteamericanos están utilizando la misma metodología que nosotros y ellos tienen ya cerca de 200 pacientes, y lo que comunican son unas cifras algo más modestas, pero que se acercan, están consiguiendo una disminución de la mortalidad muy significativa». El siguiente paso será el ensayo clínico.

«Los mejores resultados se han visto en pacientes jóvenes recién entubados», informa Damián García. El ensayo clínico pretende actuar sobre 120 pacientes, se dirigirá a ese grupo específico y está aprobado por la Agencia Española del Medicamento (AEMPS), pero sigue pendiente de financiación por parte del Ministerio (a través del Instituto de Salud Carlos III), ya que es un proyecto académico que de momento no tiene ninguna empresa privada que lo respalde.

Mientras tanto, se sigue utilizando esta terapia por la vía del llamado 'uso compasivo' y los resultados siguen siendo alentadores, «el uso compasivo es un permiso que se pide a la AEMPS para utilizar algo que no está aprobado pero que sabemos que no hace daño, y que va a funcionar». Lo que se requiere en opinión de García Olmo es el ensayo clínico en fase tres, «para demostrar de una forma clara y sin sesgos, que funciona, hay otros tratamientos de los que se habló mucho que no han soportado el paso de los ensayos clínicos; hasta que llegue ese momento, no podemos mirar a otro lado, y aplicamos el uso compasivo».

Para García Olmo, la compra de Novartis puede producir un eco en España, «sobre todo porque añade fiabilidad a nuestra hipótesis, que lanzamos en marzo en la revista 'EClinicalMedicine' (perteneciente al grupo The Lancet), y que al principio se veía como algo descabellado, pero el hecho de que otros trabajen con tu hipótesis, y que una empresa de la talla y el prestigio de Novartis haga una apuesta así es muy alentador, porque significa que los datos que manejan a través de sus análisis interinos son muy buenos». Sobre la posibilidad de financiación privada para este proyecto en España, Damián García reconoce que «la Red de Terapia Celular tiene una vocación académica, además, los hospitales involucrados son públicos, y quizá no hemos sabido crear un clima adecuado de relación público-privada; en España, la gran mayoría de las multinacionales están instaladas como vendedores, no como investigadores. Mientras que en EEUU tienen sus centrales de investigación, aquí nos ceden alguna cosa, pero en realidad son tácticas de penetración comercial, en ese sentido somos como una colonia del gran imperio norteamericano; tenemos chispa pero nos falta músculo».