España es uno de esos países que afortunadamente puede ofrecer a su población vías alternativas con respecto al cuidado de su salud. Y es que además de contar con un servicio público de salud, por el cual el Estado garantiza el derecho universal de sus ciudadanos a la prestación de los servicios, también permite el tratamiento sanitario llevado a cabo directamente entre una empresa prestadora de servicios asistenciales y sus usuarios, beneficiarios de pólizas previamente contratadas.

Ambos modelos de sanidad no son en absoluto incompatibles. De hecho, Juan Abarca, presidente del Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS), defendió hace unas semanas durante la presentación del informe 'Sanidad privada, aportando valor: análisis de situación 2020', elaborado por la propia institución, la colaboración y necesaria integración de la sanidad privada con la pública, una relación cuya importancia ha quedado más que patente durante todos estos meses en los que el país ha sufrido la crisis sanitaria de la covid-19, y en el que han sido alrededor de 25.000 los pacientes que han sido atendidos en centros privados durante la pandemia. «La aportación de la sanidad privada ha sido fundamental, y por primera vez hemos visto como el sistema ha funcionado pensando en el paciente, no intereses políticos, ni económicos, ni empresariales», declaró Abarca.

Los datos reflejan un incremento de la confianza por parte de la población hacia la salud privada, al contar nuestro país con un total de 8.7 millones de personas (que ascienden a los diez millones y medios incluyendo a los mutualistas) que tienen un seguro complementario privado. Además de suponer un aumento de algo más del 3% con respecto al año pasado, esta cifra le supone al sistema sanitario público un ahorro de casi 5.000 millones de euros al año, además de contribuir a la disminución de la presión asistencial del propio sistema público, y por consiguiente, las listas de espera.

En términos generales, cada habitante de España desembolsa de media unos 437 euros a la sanidad privada, en concepto por ejemplo de consultas a especialistas o compra de medicinas que no están financiadas por la sanidad pública. En la Región de Murcia, esta media baja hasta los 408 euros.

Actualmente, la sanidad privada representa con 458 hospitales al 57% de todos los centros hospitalarios de España, contando además con el 53% de los equipos de Resonancia Magnética y el 32% de todas las camas existentes en dichos centros. También se encarga la salud privada de 3 de cada 10 intervenciones quirúrgicas que se realizan en España, así como la tramitación de una cuarta parte de las altas médicas y de las urgencias.

Las ventajas de la salud privada

Este aumento constante durante los últimos años de la asistencia por parte de la población hacia la sanidad privada se entiende fácilmente al observar todas esas ventajas que este sistema sanitario ofrece. Una de estas virtudes más valoradas por los pacientes es su agilidad y rapidez, tanto a nivel de servicios médicos generales como a la hora de concertar citas. Los tiempos de espera para la realización de pruebas diagnósticas e intervenciones quirúrgicas se recortan hasta en un 400% en la sanidad privada, en parte debido a la posibilidad de acceder a médicos especialistas sin la necesidad de haber sido derivado previamente por el médico de cabecera.

El trato y la atención personalizada es otro de los beneficios que explican la elección de servicios sanitarios privados. Además de poder contar con la ayuda de profesionales de reconocido prestigio, la menor cantidad de usuarios y la amplia oferta de especialistas posibilita una mejor atención al poder dedicar sus esfuerzos de manera más concentrada. La red de trabajo en la sanidad privada conformada entre hospitales, clínicas y laboratorios permite también gestionar con mayor rapidez las pruebas médicas necesarias, algo muy agradecido por aquellos pacientes que precisan de un tratamiento urgente.

Por último, el desarrollo de nuevas técnicas y tratamientos, posibles gracias a la vanguardia tecnológica utilizada en sus modernas instalaciones, hacen posible avanzar un paso más en la lucha contra algunas de las enfermedades que aún a día de hoy siguen representando muchas incógnitas para el sistema sanitario.