Dos aspectos destacan en las valoraciones que realizan padres y alumnos de la Región tras salir adelante en el Congreso de los Diputados ayer la Ley Orgánica de modificación de la LOE (LOMLOE) o ´ley Celaá´: la falta de diálogo y consenso con la comunidad educativa y la supresión de la que hasta ahora era la norma que legislaba el sistema educativo, la Lomce.

La nueva norma «mejora el marco educativo», señala Paqui López, presidenta de FAPA-RM Juan González. El hecho de que derogue la Lomce, la última ley orgánica de Educación aprobada por el Partido Popular en 2013, en muchos aspectos dañina para estudiantes y para los padres también, es ya un motivo de celebración. Con la Lomloe, la comunidad educativa vuelve a participar en el gobierno de los centros educativos desde el Consejo Escolar: «Se restablece el equilibrio anterior a la Lomce en la atribución de competencias entre dirección y Consejo Escolar en el gobierno de los centros», refleja la nueva regulación.

Otro aspecto, y este negativo, es la falta de diálogo y consenso que ha tenido esta ley a la hora de elaborarla. «De nuevo no se vuelve a contar con la opinión de aquellos para los que esta ley regula la forma de enseñanza», señala Antonio Amante, presidente de Femae.

El plan para lograr una mayor oferta pública de plazas de cero a tres años, es decir, del primer ciclo de educación Infantil, o la eliminación de los llamados itinerarios en Secundaria, ya que la Lomce obligaba a los alumnos con menos capacidades a tomar un camino escolar de menor rango académico, es valorado positivamente. También las modalidades de Bachillerato cambian, para que los alumnos ahora puedan combinar materias de diferentes itinerarios, algo que celebra Femae. La pérdida de peso del criterio de promoción y titulación en base al número de suspensos de un estudiante para pasar de curso es otro aspecto positivo para la FAPA y alumnos, ya que ahora se señala que la repetición debe ser algo excepcional y primará que los equipos docentes evalúen si los alumnos han adquirido las competencias académicas correspondientes. José Antonio Abellán, presidente de Confapa, en este punto se muestra discrepante ya que considera que se debe aclarar con cuántos número de suspensos un alumnos puede promocionar de curso. La nueva ley señala que «los alumnos promocionarán de curso cuando hayan alcanzado los objetivos de las materias o ámbitos cursados o tengan evaluación negativa en dos materias como máximo».

Este nuevo reglamento debe desarrollarse en las comunidades a través de decretos y órdenes, por lo que está por ver cómo quedará implantado en la Región el articulado de la Lomloe.

Abellán señala, además, que preocupa cómo puedan quedar los centros educativos especiales con la ley Celaá, ya que más allá de que se fomente la educación inclusiva, no quiere que se recorte en el presupuesto de estos centros frente a los ordinarios. «Preocupa este punto porque además no se están autorizando tantas aulas abiertas como se debería, ya que no hay profesionales suficientes para atender a todo este alumnado».

La votación de la LOMLOE ha salido adelante con los votos de PSOE, Unidas Podemos, ERC, PNV, Más País, Compromís y Nueva Canarias. En total, 177 votos, solo uno más de los 176 que se necesitan al tratarse de una ley orgánica (mayoría absoluta). Las papeletas negativas han sido 148 (PP, Cs, Vox, Coalición Canaria, PRC y UPN) y las abstenciones, 17 (entre ellas, las de CUP y Bildu). En todo caso, el texto todavía debe ser ratificado en el Senado y después volverá al Congreso para su luz verde definitiva.