«Estamos vendidos y abandonados en las residencias, sin ningún tipo de control sanitario: ni toma de temperatura diaria ni pruebas PCR». Parte del personal del Servicio Murciano de Salud destinado a ganarle la batalla al coronavirus en las residencias privadas y centros de mayores denuncia que su labor se realiza en «condiciones infrahumanas» y que «el nivel de carga de trabajo es muy alto».

En el caso de la residencia Ballesol, en Molina de Segura, donde se registró uno de los brotes más graves en esta segunda ola de la pandemia del coronavirus, una de las técnico en cuidados auxiliares de enfermería que fue destinada a este centro el pasado mes de octubre hasta la semana pasada y que prefiere mantener su anonimato, señala a LA OPINIÓN que al personal del centro se le ofrece «solo una mascarilla KN95 para 12 horas de trabajo que a las dos horas de comenzar la jornada ya está humedecida del sudor, por lo que ya no sirve para evitar el contagio».

Califica de «humillante» que solo les ofrezcan tres equipos de protección individual (EPI) al cabo de la jornada: «Cuando quieres beber agua o ir al aseo debemos cambiarnos el EPI. Así, no te atreves a comer porque te da sed, ni a beber agua para no ir después al baño», subraya. «No tenemos ni una ducha para llegar limpios a casa después de estar una jornada entera con residentes, algunos de ellos con demencias y que incluso te llegan a escupir. Te vas con el miedo de llevar el virus a los tuyos», sostiene.

Una de las situaciones «más grave» se da cuanto estos trabajadores terminan su jornada laboral. El 'modus operandi', según esta técnico en cuidados auxiliares de enfermería, es «bajar a la calle, sea a la hora que sea, para 'descontaminarte' con un manguerazo de agua fría bajo una carpa. Estamos empapados de sudor tras llevar tantas horas el EPI puesto, y lo último que queremos es que nos echen agua helada encima. Notamos cómo ese sudor se te enfría por dentro. No vamos a coger el coronavirus, pero sí una neumonía», lamenta. En este sentido, Alejandro, enfermero que trabaja en esta misma residencia desde mediados de octubre, también denuncia que algunos de los EPI «ni siquiera son del todo impermeables, por lo que el agua se filtra a veces». «Hemos llegado a estar sin un botellín de agua en un turno de 12 horas y sin una sábana que echarnos por encima. Esta situación no te invita a ir a trabajar. Tenemos compañeros que han renunciado al contrato y han preferido estar sancionados en la bolsa de empleo, mientras que otros han tenido que coger la baja al caer enfermos. Entre los que renuncian y los que no están disponibles, el personal es muy escaso», denuncia este enfermero, quien añade que alguna noche ha llegado a quedarse solo en el servicio de Enfermería para atender a 90 posibles pacientes».

Estos trabajadores tienen claro que, «al tener unas condiciones de trabajo tan pésimas y unos descansos tan ridículos, no hacemos bien nuestro trabajo, que es cuidar. Eso repercute en los residentes, pero no es culpa del personal que está allí, que hace auténticos milagros». Los sanitarios, de esta forma, vuelven a apuntar al «recorte de personal».

Asimismo el enfermero denuncia que «física y mentalmente» terminan agotados a diario. El SMS se ha visto obligado, asegura, a incrementar las horas de este personal sanitario: «No se nos van a pagar de ninguna forma. La solución que plantean es devolvernos las horas en días libres que el propio SMS nos asigna». «Mientras que en otras comunidades se ha premiado a este personal, en la Región no se incentiva, ya no solo con dinero, sino con más puntos en la bolsa», asegura el enfermero.

Pese a las declaraciones de estos sanitarios, desde la Consejería de Salud, preguntada por estas cuestiones, señalan que en caso de detectarse un positivo, los profesionales del SMS realizan pruebas a todos los residentes, tengan o no sintomatología, así como a los trabajadores. «Los protocolos establecidos incluyen la toma de temperatura, como se viene haciendo y se realizan pruebas periódicas a los trabajadores de estos centros. Todas las decisiones se toman en base a criterios médicos y por parte de sanitarios en todos los casos», aseguran.