Es una realidad que las energías renovables han pasado de ser contempladas como una objetivo de futuro a trabajadas en el presente como una necesidad acuciante en beneficio del medio ambiente, tanto a nivel regional como en el resto del planeta. El abaratamiento que ha sufrido en los últimos años la tecnología necesaria para aprovechar la energía fotovoltaica ha supuesto una notable mejora en su accesibilidad.

Además, estas energías han demostrado no tener fin ya no solo en el sector agrícola, sino que su irrupción en la vida doméstica remarca los beneficios y posiblidades que ofrece. Así, los consumidores han pasado a ser parte activa de esta transición energética, y durante este periodo de pandemia, haciendo cumplir el dicho que expresa que toda etapa de crisis conlleva una etapa de renovación, gracias al proceso de reflexión y sensibilidad puesto en marcha por la ciudadanía.

Las administraciones se encuentran pues en la obligación de apoyar todas las iniciativas cuyo objetivo sea la sostenibilidad y el aprovechamiento de las energías renovables de la forma más justa para aquellos que las trabajan. La sociedad debe acompañarles en este viaje.