También las ventas de carne están sufriendo las consecuencias del cierre de los bares y restaurantes. La pérdida de esta clientela, que acapara gran parte de la producción cárnica de la Región, impide dar salida sobre todo al cordero, según manifestó el responsable de Ganaderia de Coag, Vicente Carrión. El representante de la organización agraria explicó que la demanda de los hogares no puede llegar a absorber el volumen de producción que se comercializa a través de los establecimientos de hostelería. «Es más difícil que te comas un churrasco en tu casa. Sin embargo, si sales a comer fuera, es más normal que lo pidas», aclaró.

Vicente Cervantes explicó que el precio del cordero ha caído a unos 80 euros por animal, cuando lo normal sería que su precio estuviera en torno a los 90 o 100 euros. «El problema es que no tienen salida. Hay un problema muy serio con el cierre de la hostelería, porque, ¿a ver qué hacen con esos animales? Los ganaderos tienen que dejarlos que sigan engordando, con un gasto adicional en alimentación».

Recordó que la exportación a través del Puerto de Cartagena permitió salvar la situación el pasado verano, porque cuando los corderos superan los 24 o 25 kilos de peso su carne empieza a perder calidad, lo que se traduce en una caída del precio. El problema se plantea también con la ternera y con derivados del cerdo, como el jamón. El queso es otro de los productos afectados.

La desaparición del consumo en los bares y restaurantes también está abaratando el precio de las frutas y verduras. Vicente Carrión destacó que entre los productos más afectados está el limón y hortalizas como el pimiento o el calabacín que, además, ven agravada la caída de los precios por las exportaciones de Marruecos a los países de la UE.