Las protestas de los hosteleros no cesan y el apoyo que reciben de otros sectores profesionales tampoco. En torno a cincuenta personas se congregaron ayer en la Glorieta de España de Murcia para rechazar la medida del Gobierno regional impuesta la pasada semana por la que se suspendía la actividad de la hostelería, locales de ocio y salones de juego, entre otros. Esta restricción iba encaminada a evitar la reunión de personas no convivientes en un entorno de socialización como la terraza de un bar y sin mascarilla.

No convence esta medida al sector, que se vuelve a sentir criminalizado al achacarle la incidencia del coronavirus en la Región, y vuelven a pedir que se les permita retomar la actividad comercial. Este viernes tanto la asociación de empresarios de karaoke de la Región de Murcia, bajo el lema ´Cantar nos da la vida´ y hosteleros dedicados a otro tipo de negocio protestaron frente al Ayuntamiento de Murcia con pancartas y consignas en una movilización que no estuvo convocada ni apoyada por la patronal del sector y cuya difusión se dio principalmente por aplicaciones de mensajería instantánea.

La protesta continuó por la Gran vía de Murcia hasta llegar a la avenida de la Libertad. Reclamaban la vuelta a la actividad de bares, restaurantes, locales de ocio nocturno, karaokes y salones de apuestas.

El sector de la hostelería recibió ayer un apoyo especial llegado desde los comercios de la murciana calle Jabonerías. Las dependientas de las tiendas de moda que se sitúan en esta céntrica calle salieron a la puerta de sus negocios cacerola en mano para reivindicar también el regreso de los bares y restaurantes. La manifestantes señalaban que existe una retroalimentación de los clientes que consumen en cafeterías o restaurantes cercanos a la calle Jabonerías y sus comercios. Con los locales cerrados, se resienten las ventas de estos días.

Para paliar la difícil situación por el que pasa el sector, el Gobierno regional pactó con las patronales 37 millones de euros para respaldar económicamente a los cerca de 8.000 establecimientos hosteleros de la Región afectados por el cierre y para mantener los 39.000 empleos directos vinculados.

De ese dinero, 15 millones de euros irán en ayudas directas a fondo perdido que se destinarán al pago de los gastos fijos, como el pago de los alquileres, productos perecederos, impuestos locales no bonificados o suministros. Otros 3,5 millones de euros servirán para hacer frente a las cuotas de autónomos, a los que se les eximirá del pago de las tasas e impuestos que dependen del Gobierno autonómico.