Los hosteleros vuelven a salir a las calles de Cartagena en una nueva marcha reivindicativa contra el cerrojazo al sector, pero esta vez no lo hacen solos. Junto a camareros, cocineros y empresarios, taxistas, proveedores de alimentación, bebidas y sectores como lavanderías e incluso mantenimiento apoyaban ayer a sus compañeros en la segunda manifestación que se celebra en la ciudad portuaria contra el cierre del sector porque aseguran que sin bares, ellos «irán detrás». En Murcia, donde estaba previsto una protesta similar, fue desconvocada.

«Aunque la cara visible sean los hosteleros, somos muchos los perjudicados por el cierre de los bares y restaurantes», afirmaba ayer Blas Ros, gerente de Pescados Cartagena, quien aseguraba que ya ha perdido parte de la campaña de Navidad, que «comienza a negociarse durante el mes de noviembre», y que no sabe qué hacer con su género, dado que «el 90% de mis clientes son restaurantes». Una cifra muy similar a la que manejan en Cafés Celdrán, quienes lamentan que a pesar del servicio 'para llevar', las ventas han caído «cerca de un 60%».

Su gerente, Juan Luis Celdrán, no quiere «ni imaginarse» lo que podría pasar con el negocio si el Gobierno regional decide prorrogar el cierre. Los taxistas reconocen por su parte que sin los hosteleros están «perdidos» y no entienden «por qué culpan a los bares» de la expansión del virus.

Ginés Conesa, taxista en la ciudad portuaria, explicaba que «al menos gracias a los clientes que iban al centro a tomarse algo hacíamos algún servicio por la noche», pero ahora «ni eso», a lo que Gloria Dasilva, secretaria de Radio Taxi Cartagena, añadía que «el Gobierno no es consciente del trabajo indirecto que genera la hostelería». «Si no ponen soluciones esto será la ruina para todos», añadía.

Asimismo, el cierre de bares y restaurantes deja a taxis, autobuses y camiones de reparto sin ningún lugar de descanso alternativo donde poder «al menos ir al baño o tomar un café tranquilos», indicaba la taxista María José Beas. Tras más de una hora concentrados en el puente del Cartagonova, cerca de un millar de hosteleros cacerola en mano, una veintena de taxis y alrededor de cincuenta camiones y furgonetas de proveedores pusieron rumbo a la Asamblea Regional, donde el hostelero Pablo Brotons improvisó un manifiesto en nombre de sus compañeros junto al presidente de Radio Taxi, Eusebio Rodríguez.

«Nos han vuelto a cerrar sin previo aviso y sin nada preparado para nosotros», lamentó Brotons. El hostelero solicita un plan de recuperación a largo plazo para el sector de la hostelería ya que, aunque agradece el trabajo de Hostecar, «las ayudas llegan tarde y no son suficientes». Por ello, exige al Gobierno central y al regional «medidas que protejan al trabajador, al empresario y al resto de sectores» que se están viendo afectados por el cierre de la hostelería. Además, insta al Ayuntamiento de Cartagena a «invertir el superávit en ayudas a los sectores necesitados».

Brotons también solicitó un 2021 «exento de cargas» al completo, así como «pagar un porcentaje progresivo durante los años posteriores». Por último, los hosteleros de la ciudad portuaria piden al Gobierno regional que examine la situación sanitaria por municipios antes de tomar medidas que afecten a toda la Región y perjudiquen a más negocios, insistiendo en que la situación en Cartagena no es «tan crítica» como en otros municipios.