La segunda ola de la pandemia del coronavirus ha evidenciado que las cifras registradas durante el segundo trimestre del año, en la primera ola, pueden ser 'poco contudentes', sin quitarle toda la gravedad que tuvieron, ante lo que vivimos actualmente y lo que está por venir en las semanas venideras.

A la prueba están las diferencias entre las cifras registradas en la primera ola y en la segunda, que por ahora ha superado con creces los daños ocasionados en la Región entre marzo y junio. La Comunidad, que durante la primera ola de la pandemia bajo el mando del Estado presumía de haber sido una de las autonomías con menos casos y que mejor afrontó y gestionó la pandemia, ahora está inmersa en una situación de «riesgo extremo», según los indicadores del Ministerio de Sanidad.

En aquel momento todas las comunidades se regían en base a las órdenes del Gobierno central de Pedro Sánchez tras la declaración del primer estado de alarma por el que asumió el mando único, pero también fue clave, junto a la baja incidencia de casos positivos en la Región, el confinamiento total de la población y la labor de la Atención Primaria, barrera de contención del virus por aquel entonces, ya que los profesionales de centros de salud y consultorios realizaron un arduo trabajo de seguimiento a decenas de miles de pacientes sospechosos y sus contactos en los domicilios.

De esta forma, el número de casos activos por covid-19 durante la primera ola de la pandemia alcanzó un pico máximo de 1.049 positivos el 8 de abril. En el día de ayer se notificaron un total de 12.637 casos activos. Más de once mil positivos que los registrados hace ahora siete meses.

El hecho de que desde que se acabó el confinamiento hayamos tenido que aprender a convivir con la covid-19 en la denominada 'nueva normalidad', con todo lo que todo ello ha supuesto, no ha hecho sino empeorar la situación no solo en nuestra comunidad autónoma, sino en todas la de España.

Todas han sufrido un grave repunte de casos en esta segunda ola, que, por el momento, está lejos de doblegarse, vistos los datos de los últimos días. A esta cuestión hay que sumarle que la lucha contra el virus haya sido responsabilidad de cada gobierno autonómico tras el fin del primer estado de alarma en junio y ha sido el Gobierno regional el encargado de ir implementando medidas para frenar la curva desde entonces.

Cabe destacar también la diferencia entre el número máximo de ingresos hospitalarios que se contabilizaron en la primera ola con los de ahora: el 31 de marzo se registraron un máximo de 304 hospitalizaciones por las 601 notificados el pasado sábado por la Consejería de Salud, récord histórico hasta la fecha.

En cuanto a la cifra de pacientes ingresados en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) en los hospitales de la Región, el máximo alcanzado en la primera ola se notificó el 30 de marzo, con 59 pacientes. El pasado 2 de noviembre la presión hospitalaria se hacía notar en los centros de la Región con un pico máximo de 100 personas en Cuidados Intensivos, lo que obligaba a la Comunidad a tomar la decisión de poner en marcha el plan de contigencia para triplicar el número de camas UCI en los hospitales de la Región, hasta las 350.

Según los datos aportados por la Consejería de Salud, una vez que la Región de Murcia entró en la fase 3 de desescalada el pasado 9 de junio, se registraron un total de150 fallecimientos por covid-19. Ahora mismo, la cifra total de muertos por la pandemia, desde que el 20 de marzo se registrase la primera,suma un total de 406 defunciones, lo que supone un 170% más desde que finalizara la primera ola.

Como ejemplo más drástico, desde mediados de marzo hasta el 1 de julio se registraron 150 fallecimiento por covid en la Región, mientras que desde el 30 de octubre hasta ayer - solo 10 días- se han notificado 97 nuevas muertes por covid. Además, recientemente se han batido los récords tanto de las cifras máximas de nuevos positivos en un solo día (1.000 casos notificados el 6 de noviembre por Salud), así como las del número máximo de fallecimientos en solo 24 horas: 16 decesos notificados el 5 de noviembre.

Estas dramáticas cifras podrían no frenarse pronto, ya que el propio ministro Salvador Illa recordó a mediados de octubre que «nos esperan cinco o seis meses muy duros, si todo va bien». Todo parece indicar que España se encamina hacia un nuevo confinamiento total de la población, al igual que en los meses de marzo y abril, según la estrategia adoptada por muchos países de Europa ante el incremento de casos y la llegada del frío y del invierno, que podría acrecentar más todavía la crisis sanitaria a nivel mundial.