Con la intención de que el Gobierno regional «recapacite» sobre su decisión de echar el cierrre a los bares y restaurantes de la comunidad y dé marcha atras, los hosteleros de la Región salieron ayer a las calles de Murcia y Cartagena a reivindicar su «derecho a trabajar». De manera simultánea, empresarios y trabajadores del sector se concentraban a las cinco de la tarde en la puerta del Ayuntamiento de Murcia y de la Asamblea Regional en Cartagena. En la capital, cerca de trescientos hosteleros reclamaban al Ejecutivo regional que «No somos el problema» y llegaban hasta la Consejería de Sanidad.
En la ciudad portuaria, cerca de un millar de personas entre las que se encontraban tanto propietarios de bares y restaurantes del municipio como empleados, mostraron su desacuerdo con la decisión de la Comunidad Autónoma.
Pitos y cacerolas en mano, los hosteleros se hicieron oír por las calles de la ciudad portuaria en un improvisado recorrido que culminó en la puerta del Palacio Consistorial.
«Está en juego el pan de muchas familias», asegura Mery Hernández, camarera en ERTE parcial desde el mes de marzo que vive de «lo poco que trabajo» y teme un despido cuando clausuren los establecimientos este sábado. Además, «son muchas las personas que viven de la hostelería indirectamente», como los proveedores, indica Paloma Jiménez, camarera en un bar de Cartagena. «Si ya con las restricciones estamos facturando poco y mi sueldo se ha reducido a un tercio de lo que era, ¿qué hacemos ahora?», se preguntaba Pascual García, copropietario del bar Popo, en Canteras. Ademas, la «poca antelación» con la que han conocido la noticia le supondrá «cerca de 1.500 euros de género perdidos».
