Una mayor y mejor exposición a los rayos del sol para protegerse mejor del coronavirus. Es una de las conclusiones que se derivan tras el estudio que se ha hecho a nivel nacional por parte de la Universidad de Cantabria y publicado en el Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism por el que se extrae que más del 80 por ciento de los pacientes que han dado positivo en covid tienen deficiencia de vitamina D, la denominada 'del sol', ya que sus rayos son necesarios para absorberla de forma correcta.

El decano del Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de la Región de Murcia, Luis Hidalgo Abenza, advierte de que hay que hacer «una exposición al sol más responsable, no a altas horas de la mañana». Además, según Hidalgo tendemos a protegernos «con cremas solares que impiden la correcta asimilación de la vitamina D, que, dentro de sus funciones, absorbe el calcio y forma parte del sistema inmune».

En la investigación nacional publicada estos días se revela que el tratamiento con vitamina D debe ser recomendado a pacientes con coronavirus que tienen niveles bajos de esta vitamina circulando en la sangre, por lo que este enfoque podría tener efectos beneficiosos tanto en el sistema musculoesquelético como en el inmunológico.

«En el estudio se valoró y se vieron valores inferiores de vitamina D en mayores de 65 años, así como en bebés prematuros, en los que se aprecia que los niveles están por debajo de lo aconsejable. La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) establece una medida entre 30 y 50 nanogramos por mililitro como la adecuada», según el decano.

Los investigadores que participaron en el estudio encontraron que el 80% de 216 pacientes con covid-19 en un hospital de Santander tenían deficiencia de vitamina D y los hombres tenían niveles más bajos que las mujeres. Los pacientes con coronavirus con niveles más bajos tenían también niveles séricos elevados de marcadores inflamatorios como ferritina y dímero D.

En un país como el nuestro y en una comunidad como la de Murcia, donde precisamente no se echan en falta los rayos de sol, Hidalgo se cuestiona cómo puede ser que muchas personas tengan déficit de vitamina D, y destaca que para tener unos niveles adecuados, según el dietista-nutricionista murciano, no es necesario volverse loco y comenzar a consumir suplementos vitamínicos, sino apostar por los lácteos enteros, que «son donde realmente se encuentra esta vitamina». «A mediados de los años ochenta se le comenzó a declarar la guerra a los productos enteros, y esta tendencia se ha venido arrastrando hasta hace no muchos años, cuando se consumían, sobre todo, leches descremadas o desnatadas». El dietista-nutricionista lo tiene claro: «Es necesario volver a tomar leches enteras y semidesnatadas», entre otras, ya que la vitamina D no se absorbe igual cuando va intrínseca en el alimento que cuando va en él, como en el caso de leches desnatadas o lácteos considerados 'light'.

El decano expone que hay «otras teorías» que podrían suponer esa falta de déficit de vitamina D, como un posible factor congénito que impida absorberla de forma adecuada o el uso de fármacos, aunque ninguna de estas posibilidades están completamente refutadas.

Hidalgo señala que diversas investigaciones sobre la covid-19 han puesto de manifiesto que, cuando se está hablando de patologías respiratorias, «existe una incidencia positiva cuando se toma el colecalciferol, principio activo de la vitamina D, que produce una respuesta positiva a una curación más temprana».

Sobre la vitamina D

La vitamina D es una hormona que producen los riñones que controla la concentración de calcio en la sangre y afecta el sistema inmunológico. La deficiencia de vitamina D se ha relacionado con una variedad de problemas de salud, aunque aún se está investigando por qué la hormona afecta a otros sistemas del cuerpo.

Numerosos estudios apuntan al efecto beneficioso de la vitamina D sobre el sistema inmunológico, especialmente en lo que respecta a la protección frente a infecciones. «Un enfoque es identificar y tratar la deficiencia de vitamina D, especialmente en personas de alto riesgo como los ancianos, los pacientes con comorbilidades y los residentes de hogares de ancianos, que son la principal población objetivo para la covid-19», aseguran los expertos.