El calendario se detiene un año más en el 1 de noviembre, una fecha que encierra un significado muy especial en algunos países de tradición católica. Se trata del Día de Todos los Santos, en el que las familias se reúnen con el objetivo de honrar la memoria de los seres queridos que ya no están, ésos a los que todavía se les echa de menos. Hablamos de una fecha repleta de emociones y respeto, en la que una de las actuaciones comunes consiste en llevar flores que decoren ese lugar especial en el que descansan en paz. Y a la hora de escogerlas es recomendable tener en cuenta una serie de circunstancias.

En algunas ocasiones, se opta por la flor hacia la que la persona a la que se le va a ofrecer tuviera una mayor predilección en vida. O en el caso de que se desconozca este dato, de los tonos que más le gustarían. De hecho, no hay por qué descartar los colores llamativos por considerarlos fuera de lugar ya que pueden llegar a simbolizar la naturaleza enérgica y carismática del difunto.

Además, cada flor tiene un significado asociado, por lo que estaría bien detenerse un segundo y consultar las que mejor reflejen su forma de ser, la relación que existía o emitir algún mensaje (blanco, paz y aprecio; azul, consuelo y calma). Más allá de estas cuestiones existen unas flores 'típicas' que siempre serán un acierto (ver cuadro superior).

  • Crisantemos: Estas flores son las estrellas de Todos los Santos, sin duda las más compradas en España. Uno de los motivos es por su larga resistencia y perdurabilidad. No necesitan grandes cuidados para sobrevivir, incluso como flores cortadas, por eso decorarán la lápida o tumba durante mucho tiempo.
  • Lirios blancos: Entre todos los tipos de lirios que existen, los lirios cala son unos de los más apreciados para llevar al cementerio porque que representan el reconocimiento y la simpatía hacia aquellos que ya no están. Sin embargo, los lirios cala pueden ser difíciles de encontrar como flores al corte, por eso los más comunes e igual de válidos para celebrar Todos los Santos son los lirios orientales, los star-gazers o las azucenas. Todos ellos desprenden un aroma particularmente intenso que desde tiempo atrás se ha asociado con la tranquilidad del alma del difunto.
  • Rosas: Como reinas de las flores, las rosas también son muy utilizadas en arreglos funerarios y en ramos para expresar condolencias. Las más apreciadas para llevar al cementerio son las rosas blancas, que expresan la pureza del alma que parte, la admiración y el agradecimiento hacia la persona fallecida y también la voluntad de un nuevo comienzo hacia su familia y amigos.
  • Claveles: El clavel es la flor nacional de nuestro país, concretamente en color rojo, por este motivo están presentes en muchas de nuestras fiestas populares. Pero, al mismo tiempo, son unas de las flores más usadas para honrar la memoria de los muertos. Al igual que los crisantemos, se conservan muy bien y permanecen en todo su esplendor durante más tiempo que otros tipos de flores. Además, igual que los lirios, desprenden un aroma que llena los cementerios de un perfume embriagador.
  • Gladiolos: Estas flores tan elegantes son comúnmente utilizadas para decorar lápidas y tumbas en los cementerios, pues denotan la ausencia de un ser querido y la tristeza por su pérdida. En otros contextos, pueden simbolizar desde erotismo y amor alocado hasta integridad, fuerza y victoria. Las flores de los gladiolos crecen en forma de espiga.