La pandemia se ha cobrado ya unas 13.000 empresas de la Región, según las estimaciones de la patronal. El presidente de la Croem, José María Albarracín, calcula que la crisis sanitaria ha obligado a cerrar el 20% de las 65.000 compañías de la Región, aunque no descarta que la segunda oleada agrave las dificultades de las firmas murcianas para sobrevivir. El turismo, la hostelería y el comercio son las actividades más perjudicadas hasta ahora, aunque recordó que en el sector servicios hay otras muchas que también se están viendo muy castigadas.

La hostelería abarca unas 9.000 empresas, algunas de las cuales apenas si han podido llegar a tener actividad desde que se decretó el primer estado de alarma el pasado 14 de marzo, como ha ocurrido con el ocio nocturno. También los hoteles tuvieron que cerrar de forma inmediata y no volvieron a levantar la persiana hasta principios de julio para funcionar solo a medio gas.

El comercio, que tuvo que permanecer cerrado hasta el mes de mayo, es otro de los sectores en los que se han producido muchas bajas, ante la imposibilidad de los negocios para soportar los gastos a los que tenían que hacer frente sin recibir ningún tipo de ingresos. Entre los negocios que están cerrando figuran cadenas como Rumbo, que está liquidando sus zapaterías.

Albarracín calcula que la crisis sanitaria ha acabado con un 20% de las 65.000 empresas que había en la Región antes de que se desencadenara la pandemia, lo que supone que pueden haber desaparecido unas 13.000, tal y como atestigua el elevado número de locales cerrados que pueden verse en las calles de las principales ciudades.

Sin embargo, no descarta que la cifra de bajas se eleve con la segunda oleada. «Estamos atravesando una situación muy compleja y muy dramática. Tenemos que trabajar todos en la misma dirección», señaló, al tiempo que apelaba a la responsabilidad de los políticos para que aparquen sus diferencias y ayuden a superar la pandemia.

También considera necesario que se estudie la posibilidad aplazar el toque de queda una hora, con el fin de acompasar los horarios de la hostelería de la Región a los de la Comunidad Valenciana, que no limita la movilidad hasta la medianoche. Albarracín se muestra partidario de que las medidas amparadas por el estado de alarma «sean las mismas en todo el territorio nacional» y de que se apliquen por igual «en todas las comunidades autónomas, bajo un mando único» que coordine su aplicación.

Ante las limitaciones que debe soportar la hostelería, el presidente de la Croem hace un llamamiento a «los 45 ayuntamientos de la Región para que intenten habilitar espacios públicos» para ampliar las terrazas con el fin de que los establecimientos puedan utilizar el cien por cien de la mesas que tenían antes de la crisis e incluso «llegar al 140% o el 150% si se pudiera».