El guiño que el presidente Fernando López Miras lanzó ayer a la hostelería no contentó a los presidentes de las patronales Hostemur y Hostecar, que creen que la restricción de aforo al 30% en el interior de los bares y restaurantes supone un nuevo varapalo para el sector («la quiebra», según el presidente de Hostemur»), al igual que el toque de queda declarado con el estado de alarma.

El presidente de Hostemur, Jesús Jiménez, manifestó que «la decisión que se ha tomado debe estar basada en un conocimiento superior, en criterios que desconocemos», y criticó que se califiquen de «pataleta» las quejas de los hosteleros. «No se puede decir que es una pataleta intentar salvar nuestros negocios», apostilló el presidente de la patronal.

Pese a que hasta entonces las terrazas estaban restringidas al 75% del aforo y ahora podrán abrirse sin ninguna limitación, los hosteleros creen que esto no servirá de nada porque se avecina la temporada invernal y la bajada de las temperaturas provocará que los clientes prefieran quedarse en casa a estar en una terraza.

Es por ello que, desde Hostemur, creen que el Ejecutivo regional debería plantearse medidas de compensación que supongan un verdadero sostén económico para el sector. «No he escuchado a López Miras hablar de exenciones de impuestos, ni de eliminación de las tasas de basura o de agua, o de reducción de los alquileres, como sí se ha planteado en otras comunidades como Cataluña», dijo Jiménez, que también hizo alusión a los presidentes de Madrid o la Comunidad Valenciana, que, a su juicio, sí han respaldado al sector hostelero.

En cuanto al toque de queda, que obliga a la población a estar en casa salvo causa justificada a partir de las once de la noche, cree que prácticamente impide que la gente pueda salir a cenar. «Si obligamos a los bares y restaurantes a cerrar antes de las 23.00, también se debería cambiar el horario laboral y que la gente saliese de trabajar a las cuatro de la tarde; o cambiar el horario comercial y que cerraran a las seis de la tarde», apunta Jiménez.

El presidente López Miras incluyó en su discurso palabras de apoyo al sector de la hostelería y animó a los ciudadanos a consumir para salvar la economía. Sin embargo, Jiménez responde que «las palabras bonitas sirven de poco, lo que necesitamos son soluciones».

Por su parte, el presidente de Hostecar, Juan José López, señala que en el sector existe la sensación de que estas medidas no están justificadas porque no hay datos que demuestren que los contagios de esta segunda ola se produzcan en mayor medida en la hostelería. «Los empresarios del sector han cumplido y han aplicado siempre las medidas que nos han recomendado. No se entiende que todas las medidas vayan en contra de nuestro sector, porque si, como se ha propuesto, esto se alarga hasta mayo, para muchos negocios va a ser muy difícil subsistir», apunta.

Además, cree que el toque de queda perjudicará en mayor medida a los bares y restaurantes de la costa, porque «si a las once de la noche tienes que estar en casa, no te puedes desplazar para irte a cenar, sino que solo puedes acudir a lugares cercanos». Por tanto, sostiene que los locales de La Manga, Cabo de Palos y demás pueblos costeros de la comarca de Cartagena podrían verse afectados.

A diferencia de su homólogo de Hostemur, Juan José López no cree que la solución pase por medidas de compensación para el sector. «Algunos negocios no pueden subsistir con 1.000 o 2.000 euros de ayudas. Nosotros lo que pedimos es trabajar», insiste.