Las demoledoras experiencias que vivieron familias durante la etapa del confinamiento han dado paso a una preocupación por la decoración del hogar que ha resucitado al mueble de Yecla. El sofá cobró tanto protagonismo durante las semanas de enclaustramiento impuestas por el estado de alarma, que a partir de la desescalada se ha convertido en un cotizado objeto de deseo, que todo el mundo quiere cambiar. Esta fiebre por la renovación del mobiliario ha permitido que las fábricas y los talleres dedicados a coser mascarillas durante los primeros meses de la crisis sanitaria recobren una actividad que durante los meses de verano ha superado incluso a la del año pasado. El empresario yeclano Juan Carlos Muñoz, que preside la Asociación Nacional de Industriales y Exportadores de muebles (Anieme), admite que «no se esperaba este aluvión. Estamos como en una burbuja», señalaba.

Muñoz, que asegura sentirse «gratamente sorprendido» después de los meses de inquietud que siguieron al parón de la industria, calcula que en junio y julio la demanda ha aumentado entre un 20% y un 30% respecto a los últimos meses de 2019.

A su juicio, el despegue en el sector mueble se debe al cambio en la percepción de la comodidad y el confort que se ha producido en las familias como consecuencia del confinamiento, pero también se está viendo favorecido por el ahorro que las restricciones en los movimientos han generado a las familias, al impedirles salir de vacaciones. «La gente ha ahorrado dinero, porque no se lo había podido gastar y en lo primero en lo que piensa es en estar más confortable», explicó.

Los fabricantes de muebles y de sofás, que fueron los primeros en percibir los efectos de la pandemia, desde el momento en que el coronavirus empezó a colapsar los mercados internaciones, han sido también los primeros en recuperar la actividad.

A raíz de la crisis sanitaria de China y de Italia el comercio exterior quedó interrumpido y muchas empresas tuvieron que cerrar porque se quedaron sin pedidos, pero también sin el suministro de las telas y los componentes que utilizan en la fabricación.

Las principales ferias en las que suelen producirse los contactos con los clientes de Milán, Colonia, Valencia y Yecla quedaron suspendidas, por lo que tampoco había expectativas de conseguir pedidos.

El empresario que está al frente de la patronal nacional del mueble recordaba que las empresas cerradas empezaron entonces a coser mascarillas atendiendo a las demandas de los hospitales de la Región, que también sufrieron el desabastecimiento de los equipos de protección individual en las primeras semanas de la pandemia.

Después de aquella experiencia algunos fabricantes incluso iniciaron una compleja tramitación burocrática para conseguir las certificaciones oficiales que les permitieran producir los equipos sanitarios que diseñaron en los meses del parón económico. Sin embargo, la industria se ha encontrado con un repunte de la demanda que no solo ha permitido a las empresas rescatar a los trabajadores incluidos en los expedientes de regulación temporal de empleo(ERTE), sino que algunas de ellas incluso están ampliando su plantilla para poder atender los pedidos que reciben.

"Nos ha tocado el premio gordo"

«Nos ha tocado el premio gordo». Manuel Catalán, responsable de Marketing de la compañía de Yecla Fama Sofás, calcula que los pedidos han aumentado un 50% en comparación con el segundo trimestre de 2019. «Nos ha tocado el premio gordo», reconoce, aunque no olvida que hay sectores en los que se ha reducido la actividad.

Este aumento de la demanda ha dado lugar a una ampliación de plantilla, a la que se han incorporado 25 personas más desde que acabó el confinamiento, con lo que ha alcanzado los 217 trabajadores. Desde su reincorporación en el mes de mayo, «la curva ha sido ascendente» y ha llevado a la empresa a recuperar el proyecto de construir su nueva fábrica, que «quedó suspendido con el confinamiento. Pensábamos que no se iba a poder retomar».

A pesar de la ampliación de plantilla, Manuel Catalán asegura que es imposible mantener los plazos de entrega anteriores, que se han alargado hasta las ocho semanas, cuando antes de la crisis se reducían a tres o cuatro.

El ritmo de las entregas en el sector del mueble se ve condicionado también por la capacidad de los proveedores para suministrar las materias primas. Catalán explicaba que su empresa trabaja con «pedidos personalizados, una vez que los clientes han elegido los materiales y los colores que desean, lo que implica que los plazos son distintos a los de los muebles fabricados en serie».

Catalán explicó que el coronavirus también ha obligado a establecer un protocolo de atención a los clientes, que incluye las visitas con cita previa para evitar aglomeraciones.

Por su parte, Juan Carlos Muñoz afirma que «las empresas están cumpliendo los plazos de entrega. «Estamos intentando que no haya desfase», precisó. Añadió que tampoco hay problemas con los proveedores, que están funcionando con «agilidad», porque «ante la elevada demanda, han hecho acopio de materias primas y trabajan más». Añadió que la fiebre por la renovación del mobiliario no es solo un fenómeno exclusivo de la Región, sino que se ha producido en todos los países a los que exporta la industria de Yecla, lo que provoca también un tirón de las exportaciones.

Los fabricantes de gomaespuma han encarecido un 30% el precio del material

La elevada demanda que registra la industria del mueble ha provocado un encarecimiento de las materias primas, según apuntó el presidente de la patronal nacional del mueble Anieme, el empresario de Yecla Juan Carlos Muñoz. Entre los productos que han registrado el mayor repunte de los precios citó la gomaespuma, que es un material básico empleado en el recubrimiento interno de los sofás y los sillones. También es uno de los componentes de los colchones, cuya demanda ha aumentado igualmente tras el confinamiento. Juan Carlos Muñoz explicó que este producto ha registrado ya dos subidas del 15% desde que reabrió la industria del mueble después del estado de alarma, lo que supone que el precio anterior a la crisis ya se ha incrementado un 30%. Se lamentó de que la producción de gomaespuma está en manos de unas pocas compañías, que aprovechan su capacidad de control sobre el mercado internacional para imponer unas tarifas más elevadas a las industrias del mueble.

Las industrias han recuperado el 50% de las pérdidas de la pandemia

Las industrias han recuperado el 50% de las pérdidas de la pandemiaEl empresario yeclano Juan Carlos Muñoz, presidente de la patronal nacional del mueble Anieme, calcula que el despegue de la demanda que ha vivido la industria del mueble después del confinamiento ha permitido ya recuperar el 50% de las pérdidas que la crisis sanitaria ha causado en el sector. A su juicio, si la industria mantiene el ritmo de crecimiento de los pedidos alcanzado en los meses de junio y julio, las empresas podrían recuperar la totalidad de las pérdidas de la crisis para diciembre. «Ya veremos cómo va el cierre del año», avanzó.

Muñoz precisó que las cifras de exportación también están reflejando el repunte del mueble, lo que permite recuperar el volumen de las ventas al exterior perdido durante los meses del parón económico. Destacó igualmente el fuerte impacto que la vuelta a la actividad están teniendo en el empleo, dado que todas las industrias acogidas a los expedientes de regulación temporal de empleo cuando se paró la economía «han tenido que volver a contratar».

En 2019 la Región incrementó las exportaciones de muebles un 9,2% y alcanzó los 80,6 millones de euros, que convierten a Murcia en la octava comunidad autónomas con mayor volumen de ventas al exterior. La participación de la Región en las exportaciones nacionales alcanza el 3,5%. Los primeros puestos los ocupan Cataluña, Comunidad Valenciana, Galicia, Madrid, Andalucía, Aragón y País Vasco.