La contribución que el Trasvase Tajo-Segura realiza al Producto Interior Bruto (PIB) del sector agrícola en España ha superado por primera vez la barrera de los 3.000 millones de euros, según un informe encargado por el Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (Scrats).

La cifra total alcanza los 3.013 millones de euros y el impacto de esta infraestructura en la creación de empleo, no solo en la producción agrícola sino también en la comercialización y transformación de los productos, deja un total de 106.566 empleos (el 5,8% de la población activa de la Región de Murcia y la provincia de Alicante).

Este informe, encargado por el Scrats a la consultora y auditora PriceWaterhouseCoopers, señala al trasvase como una infraestructura que impulsa los regadíos de los territorios provinciales del Levante español y ayuda en el mantenimiento de la agricultura nacional. El impacto total del acueducto es superior a la contribución de sectores como el transporte aéreo o las industrias extractivas en términos del valor agregado bruto (VAB): «Es casi el doble de la aportación de la pesca y la acuicultura y equivale a más de tres veces la contribución de la silvicultura y explotación forestal», señala el Scrats en un comunicado.

La cuenca del Segura -Región de Murcia, Alicante y Almería- representa la base de un sector que tiene en España más peso que la media de la Unión Europea (2,9% frente a 1,6%) y que tiene un saldo positivo comercial: en 2019 las exportaciones agrícolas supusieron el 6,4% de las exportaciones españolas y contribuyeron a reducir el déficit comercial estructural en más de un 17%. En concreto, las tres provincias que utilizan el trasvase realizan el 71% de las exportaciones nacionales de hortalizas y el 25% de frutas.

El informe precisa que la utilización del agua desalinizada no se puede considerar una alternativa exclusiva para satisfacer la totalidad de la demanda de los cultivos en la zona, sino que debe ser un recurso complementario y garantista.

Los motivos que justifican esta conclusión tienen su fundamento en que su producción requiere un alto coste energético, lo que repercute en el coste (entre el 5 y el 25% del coste de producción agrícola), una composición con baja mineralización y alta concentración de boro que es perjudicial para determinados cultivos y a que no existe una red de distribución que permita comunicar los volúmenes de agua con las plantaciones situadas más allá de las zonas costeras colindantes.

«En todos estos datos el Trasvase Tajo-Segura es clave y ha contribuido a que tengamos un sector agrícola moderno y tecnificado, a la vanguardia en Europa, y el desarrollo de otras actividades económicas asociadas como la comercialización y la transformación», ha explicado Lucas Jiménez, presidente de Scrats.