Las empresas de economía social han tenido este año un rendimiento muy alto frente al reclamo de abastecimiento de productos hortofrutícolas en la época de la pandemia. ¿Qué nos puede decir en este sentido?

La economía social ha demostrado ser un actor clave del sistema económico y social durante la pandemia. Ha estado en primera línea, de acuerdo con sus valores y sus principios.

Ha tomado y desarrollado numerosas iniciativas para atenuar los efectos de la pandemia y han transformado sus modelos de producción o su compromiso con la sociedad para entre otras cosas, fabricar mascarillas, guantes, realizar limpiezas y desinfecciones, donando alimentos, especialmente el sector agroalimentario, así como cediendo hoteles o colegios para que pudiesen ser atendidas las personas..

Del mismo modo ha puesto de relieve esta pandemia, el compromiso de estas empresas con las personas, anteponiendo los intereses de la sociedad a los particulares y como otros sectores, comprometiendo en muchos casos su situación personal y de salud. Y han desarrollado un papel fundamental en sectores esenciales para la economía, como Agricultura especialmente, a través de las cooperativas agroalimentarias, Pesca, a través de Cofradías de Pescadores ( San Pedro del Pinatar), Transporte, Asistencia sanitaria, Consumo y distribución de alimentos (Consum, Coviran, establecimientos de distribución de alimentos), limpieza, distribución de agua, etc., además del compromiso de las empresas de trabajo asociado para mantener los empleos.

Ahora volvemos a estar en una situación grave, incluso muy grave donde estoy absolutamente convencido que volverán a apostar con su compromiso a dar soluciones a la sociedad.

La importancia de un recurso como el agua, no sólo es importante siempre sino que en estas situaciones acrecienta su importancia para todos y cada uno de los sectores citados, proveer de alimentos y aportar soluciones a las personas.

¿Cómo se adaptan estas corporaciones agroalimentarias a las nuevas políticas verdes?

Hacer frente a la crisis climática y medioambiental es el reto más importante de nuestro tiempo y a la vez constituye una oportunidad para relanzar nuestras economías de manera sostenible por lo que se requiere una acción urgente y sostenida por parte de todos los componentes de la sociedad, especialmente por supuesto las empresas, con el objetivo de preservar la salud, la prosperidad y el bienestar de las personas. El Green Deal (Pacto Verde), no sólo lo asumimos como un reto político y económico sino que tenemos que verlo como lo que es, una oportunidad de crecimiento de empleo y sobre todo la posibilidad de generar una sociedad más justa.

Y algo muy importante, este compromiso de la economía social y sus empresas se plasma en algo tan fundamental como la generación de una mayor Cohesión Social y sobre todo mayor Cohesión Territorial, contribuyendo a reducir la incipiente despoblación de la Región de Murcia en algunos de nuestros municipios, donde nuevamente el papel de los recursos hídricos vuelve a ser fundamental y básico. Además esta respuesta económica y social brinda además una oportunidad única para acelerar la transición ecológica.

Precisamente, las empresas de economía social son un ejemplo en aprovechamiento de recursos. ¿Qué acciones se llevan a cabo para gestionar las reservas de agua?

Hay fórmulas en dos conceptos: investigación y modernización. Amén de las grandes infraestructuras de regulación llevadas a cabo por las administraciones de las comunidades de regantes, nuestras empresas han avanzado en cuestiones como: Implantación del RDC, riego por goteo ‘a la raiz’ (ahorro del agua y disminución de fertilizantes) y riego hidropónico, disminución de la huella hídrica de los productos cultivados; sistemas separativos para la utilización de aguas regeneradas, así como la progresiva implantación de energías renovables para impulsiones y autosuficiencia energética y la cubrición de balsas (para disminuir evaporación y evitar la proliferación de algas, incluso con paneles flotantes.

Las empresas de economía social participan de una red de distribución piramidal. Ha sido un esfuerzo presupuestario realizado por las Comunidades de Regantes, implementando redes de distribución que permiten, amén del control preciso del agua, llevar a pie de parcela agrícola al recurso sin merma alguna y permitiendo a continuación al usuario, nuestras cooperativas, la introducción de sistemas de riego respetuosos con el medio ambiente y cuidadosos con el recurso hídrico. Nuestro compromiso y apoyo al Sindicato Central de Regantes del Trasvase Tajo Segura es absoluto en la defensa de la captación de recursos hídricos para nuestra región.

¿Cómo prevé este nuevo año hídrico en lo referente al trasvase Tajo-Segura?

Arranca el año con dos buenas noticias:

1. Tras una primavera prodigiosa en lluvias y un esfuerzo ahorrador de los agricultores durante los meses posteriores, iniciamos unas reservas del nuevo curso hídrico.

2. Del mismo modo se prevé estar en el nivel dos para el mes de noviembre. La zozobra en torno a esta obra gira una vez más en los cuestionamientos políticos adversos a su funcionamiento.

Por último, la problemática del Mar Menor afecta a toda la Región de una manera u otra. ¿Qué soluciones demandan a las distintas administraciones para la recuperación medioambiental de la laguna?

Bueno sobre todo aquí hay que pedir implicación y compromiso, sobre todo compromiso a todas las administraciones.

Hay que poner en marcha actuaciones que precisan inversiones por parte de todas las administraciones competentes.

Los agricultores vienen desarrollando e implementando, en unión de las Universidades medidas que permitan una agricultura educada y sostenible, pero necesitan el apoyo y el concurso de las diferentes administraciones, local, regional y estatal e incluso europea.

Por otro lado, no sólo el sector agroalimentario se ve afectado por la situación del Mar Menor, sino que algo tan importante y fundamental como el Turismo está en peligro de perder miles de empleos si no se dan soluciones inmediatas y compartidas. Turismo y sector agrario suman por encima del 20 por ciento del PIB regional por lo que la búsqueda de soluciones ha de ser conjunta y compatible.