El Ministerio de Sanidad logró ayer el respaldo de la mayoría de las comunidades autónomas (a excepción de Madrid y País Vasco) en la reunión del Consejo Interterritorial de Salud para estudiar la aplicación de un toque de queda en aquellas zonas que tienen mayor incidencia del coronavirus. Una propuesta que recibió también el apoyo del consejero de Salud murciano, Manuel Villegas, pero que quedó sobre la mesa para concretar algunos detalles y buscar el instrumento jurídico que pueda articularlo.

Villegas se muestra partidario de este toque de queda, pero pide que sea el Gobierno de España quien decida aplicarlo llegado el caso, y de forma general. Es decir, en todas las comunidades autónomas.

Tras el encuentro del ministro Salvador Illa con los responsables autonómicos, el consejero murciano informó de que «los técnicos de Salud coinciden en la necesidad de reducir la movilidad en la situación actual de pandemia», aunque lo debe hacer el Ejecutivo central «con los instrumentos jurídicos que se consideren».

En la reunión todas las autonomías coincidieron en que se aproximan unas «semanas duras», a lo que se añade el «cansancio de la población» tras siete meses desde el inicio de la pandemia.

Villegas también respalda el Plan de Actuaciones de Respuesta Coordinada para el Control de la Transmisión de Covid-19, aunque considera que puede suponer la pérdida de una respuesta homogénea de todas las comunidades, al establecer cierta flexibilidad en las actuaciones en función de un mismo nivel de riesgo, ya que son las autonomías las que decidirán las medidas que aplican.

También el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, se ha mostrado partidario de aplicar el toque de queda porque, a su juicio, puede favorecer el control de la transmisión del coronavirus, la cual se está produciendo en su mayoría en unos ambientes «concretos», como son las reuniones sociales.

Indicadores de alerta comunes

Así lo han plasmado en el documento 'Plan de Actuaciones de Respuesta Coordinada para el Control de la Transmisión de Covid-19', aprobado en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (SNS). Entre otras medidas, en las zonas más castigadas se ha acordado limitar al máximo los contactos sociales fuera de los grupos de convivencia estable y acudir al puesto de trabajo de «manera excepcional» para actividades y reuniones precisas siempre que se puedan garantizar las medidas de higiene y distancia.

Además, se aconseja promover todas aquellas actividades que se puedan realizar al aire libre y promover el cierre o la reducción de aforos de los establecimientos en los que no se pueda garantizar una adecuada ventilación y un cumplimiento de las medidas de prevención e higiene.

En cualquier caso, la decisión sobre qué medidas y cuándo aplicarlas será de las comunidades, aunque deben informar antes de su implantación al Ministerio.

La propuesta del Ministerio de Sanidad establece dos bloques con ocho indicadores de valoración del riesgo, con hasta cinco niveles: nueva normalidad, bajo, medio, alto y extremo.

El primer bloque evalúa el nivel de transmisión, que se calculará en función de seis de los indicadores: la incidencia acumulada por 100.000 habitantes en 14 y en 7 días; la misma incidencia pero referida a la población mayor de 65 años; el porcentaje de positividad de las pruebas diagnósticas y el de casos con trazabilidad.

El segundo mide la capacidad asistencial con los otros dos marcadores, la ocupación de camas covid y de las UCI.

Los bares defienden su trabajo, ya que sólo el 3,5% de los casos se registra en ellos

Desde la plataforma Juntos con la Hostelería, que engloba a FIAB, Hostelería de España y AECOC y a la que pertenece la patronal murciana Hostemur, reclamaban ayer a las autoridades sanitarias que las medidas que se tomen sean fundamentadas y proporcionales. «Medidas fundamentadas porque estén basadas en datos; ya que los últimos publicados por el Ministerio demuestran que en bares y restaurantes se ha producido menos del 3,5 por ciento del total de casos desde el mes de mayo. Una cifra que se reduce hasta el 0,7 por ciento durante la última semana», por lo que según los hosteleros, «estos datos evidencian la escasa incidencia de contagios en la hostelería y casi nula en los rebrotes de las últimas semanas».

De la misma manera, reclaman que se tomen medidas proporcionales, esto es, «consecuentes con el origen de los focos de contagio». Ya que afirman que «sólo 2 establecimientos por cada provincia han generado un brote» y «es imprescindible tener en cuenta esta realidad para evitar continuar con la criminalización a la que están sometidos nuestros bares y restaurantes, como supuestos responsables principales de los contagios».