La huelga de Latbus, que arrancó el pasado jueves, ha cumplido una semana sin que se vislumbre ninguna perspectiva de solución. Los trabajadores de la empresa concesionaria del transporte público de las pedanías de Murcia y de los municipios del área metropolitana de la capital reclaman el restablecimiento de la totalidad de las líneas de Latbus que fueron suprimidas cuando se desencadenó la crisis sanitaria y el recate de los conductores que siguen incluidos en el expediente de regulación temporal de empleo (ERTE). El recorte de frecuencias establecido en los servicios mínimos y las restricciones en el aforo impuestas por la Consejería de Salud, que limita al 50% el uso de las plazas disponibles, impiden a muchos usuarios conseguir un asiento en horas punta.

El presidente del comité de empresa de Latbus, Francisco Tomás Muñoz, se quejó ayer de que los conductores se enfrentan cada día a las quejas de los viajeros que se quedan en tierra. Muñoz se lamenta de que «ni el Ayuntamiento de Murcia ni la Consejería de Fomento hacen nada por resolver el conflicto», que afecta cada día a decenas de miles de viajeros.

Los representantes sindicales se están reuniendo con los alcaldes de los municipios del cinturón de Murcia que están sufriendo las consecuencias del paro para recabar su apoyo. Según explicó el presidente del comité de empresa, el lunes tienen previsto un encuentro con el rector de la Universidad de Murcia, José Luján, para plantearle las dificultades que deben afrontar los alumnos a causa de la huelga.

Francisco Tomás Muñoz explicaba que los estudiantes de las pedanías y de los municipios que no tienen acceso directo al Campus de Espinardo se encuentran muchos problemas, porque deben viajar a Murcia y después hacer trasbordo, soportando aglomeraciones que impiden mantener la distancia de seguridad en muchos vehículos. Además, como la UMU ha establecido un sistema de estudios semipresencial, los universitarios no tienen garantizado que puedan llegar al Campus los días de clase que tienen asignados.