El acuerdo sobre la reforma de la Política Agraria Común para el periodo 2021-2027 alcanzado ayer por parte de los Estados miembros de la Unión Europea ha provocado sensaciones enfrentadas entre el sector agrario y el Ministerio de Agricultura. En el punto de mira está el recorte al presupuesto europeo que corresponde a España, que recibirá finalmente 47.700 millones de euros, y las ayudas complementarias para llevar a cabo una agricultura sostenible y compatible con el medio ambiente. Este último punto era un objetivo a lograr por el ministro del ramo, Luis Planas, a la hora de acordar un «pacto verde» que lleve al modelo agrario a reducir el uso de productos fitosanitarios y cumplir con medidas medioambientales.

La futura PAC no se aplicará hasta 2023 y durante los dos próximos años el sistema de ayudas funcionará con los criterios del periodo pasado 2014-2020. La clave de este acuerdo para el ministro está en los ecoesquemas, una de las novedades de esta reforma y que plantea una arquitectura verde de la PAC con prácticas beneficiosas para el medio ambiente y el clima. Estos ecoesquemas, que comprenden el 20% de las ayudas directas, será obligatorio que lo cumplan los países europeos pero voluntario para los productores agrarios y ganaderos.

Frente a esto está el recelo del sector primario de la Región, que entiende que no cumplir con los criterios sostenibles que se puedan plantear en esos ecoesquemas les pueda dejar fuera del acceso a ese 20% de las ayudas de la PAC. «Nuestra principal preocupación es saber qué tiene que hacer un agricultor en su producción para que pueda tener esa ayuda de los ecoesquemas, qué requisitos hay para que no suponga un mayor costo en el cambio del modelo de producción para cumplir con prácticas agrarias sostenibles», señala Miguel Padilla, presidente de COAG Murcia.

Los ministros de Agricultura pactaron que la PAC destine un 20% de ayudas directas a estas prácticas sostenibles, pero el Parlamento europeo plantea hasta un 30%. Quedan pendientes las discusiones finales del trílogo (Consejo, Parlamento y Comisión Europea) sobre la nueva reforma. «Cuando se vote definitivamente, es posible que esta cifra se quede en un 25%», señala el representante agrario. Esos 'criterios verdes' están por definir en los planes estratégicos nacionales, otras de las novedades en esta reforma, donde los Estados miembros detallarán las intervenciones o medidas de la nueva PAC en sus países. «Coloca al agricultor en una peor situación que antes porque les obliga a aplicar los ecoesquemas, aunque sean voluntarios», señalan desde Asaja.

El sector regional reconoce que el recorte en las ayudas no cumple con la previsión inicial, cuando se comenzó a negociar la nueva PAC en 2018 y se creía que sería mucho mayor. «No ha sido tan sustancial el recorte», subraya Padilla, pero Asaja señala que España dejará de recibir 4.700 millones de euros, lo que equivaldría a un año de ayudas dentro de un periodo de la PAC de siete años.

Tope en las ayudas

Las organizaciones agrarias temían que el tope en la percepción de ayudas por explotación se quedara en 100.000 euros, un temor que de momento se ha cumplido y que no verá rebajado a 60.000 euros como pedían. El ministro ha señalado que la nueva PAC permitirá establecer un pago redistributivo a partir de los importes derivados de la limitación de los pagos (denominado capping o tope) para incrementar el importe percibido en las primeras hectáreas por agricultores medianos y pequeños que más dependen de los ingresos agrarios para mantener su actividad.

La preocupación también se extiende al segundo pilar de la PAC, las ayudas al desarrollo rural, ya que el 63% de estas subvenciones las aporta Europa y el resto el Ministerio y los gobiernos regionales, pero se prevé un recorte de en torno al 15% en la aportación europea, «que tendrán que asumir las comunidades», explica el presidente de COAG Murcia. En esas ayudas al desarrollo rural el Ministerio defiende que estos fondos jugarán un papel muy importante en el impulso del regadío sostenible, «que permita ahorrar en consumo de agua, disminuir el uso de energía, potenciando el uso de aguas reutilizables».