Uno de los proyectos más interesantes que nace de la artesanía regional gira en torno al mundo del yute. De esta fibra natural y de su manipulación para producir calzados y otros complementos surge una cooperativa asociada a UCOMUR: Yute de Caravaca. Una iniciativa que ha permitido convertir en empleos la actividad antes sumergida de muchas mujeres de la zona. Es por tanto un proyecto empresarial con un importante efecto social. Hablamos con Salvador Gómez, presidente de su consejo rector.

¿Qué es el yute y cuál es su origen?

Es una fibra natural que tiene muchos usos y entre estos usos es una de las fibras naturales que se siguen utilizando para fabricar calzado, alpargatas. Aquí en la región, y sobre todo en la Comarca del Noroeste, unas zonas muy ricas y cultivo de fibra de cáñamo y esparto. Esas fibras de cáñamo se transformaban artesanalmente hasta crear fibras textiles muy resistentes que servían de base para toda la industria de alpargatería que se desarrolló en esta zona.

Ahora mismo estamos volviendo a la artesanía y a la sostenibilidad y todo lo que tiene que ver con el producto ecofriendly. Estamos viendo cómo se vuelve a levantar de manera importante la alpargata tradicional hecha con elementos tradicionales pero evolucionada en diseño y en tipología de uso.

¿Qué es la marca 'Yute de Caravaca'?

Nace de una iniciativa de la Asociación de Industriales de la zona que quería poner en valor los trabajos artesanales que llevan haciendo históricamente sobre todo mujeres en sus casas y que habitualmente se hacía en la economía sumergida. A partir de esa iniciativa se crea una cooperativa para poder organizar de manera un poco más profesionalizada todos esos trabajos que se siguen realizando manualmente de la misma forma, pero con una gestión mucho más empresarial.

¿Cuáles son los beneficios de haberse constituido en una cooperativa?

Los empleados y empleadas ahora tienen contratos y alta en la seguridad social. Además, tienen una factura oficial que les permite una justificación de ese gasto. Cuando no están trabajando porque es un trabajo estacional se pueden acoger a ciertos beneficios sociales.

Todo esto era imposible. Antes se estaba perdiendo este trabajo porque solo lo realizaban mujeres mayores, pero ahora estamos viendo que mucha gente joven se está incorporando a este tipo de trabajos porque es un trabajo que tiene una rentabilidad económica y que permite que lo sigan desarrollando en sus casas.

Nosotros lo que hacemos es contratos a domicilio, es decir trabajan en sus casas y eso les permite conciliar la vida familiar y laboral. Esto les permite recibir un ingreso económico y que además tengan todos los beneficios sociales que lleva aparejado.Tenemos muy presente la responsabilidad social, y el compromiso por mejorar nuestro entorno.

¿Cómo está viviendo Yute de Caravaca la situación actual?

La situación está afectando muchísimo. Estos trabajos dependen de que las marcas de calzado vendan sus productos y que lo hagan sobre todo internacionalmente. El calzado de yute es un calzado que se usa principalmente en verano y en celebraciones, por lo que lógicamente la pandemia afectó muchísimo al sector.

Además, los principales mercados a los que se venden estos productos son países muy afectados por la pandemia. La carga de trabajo y pedidos ha bajado considerablemente. Ahora mismo tendríamos que estar iniciando la temporada de fabricación de verano, y seguramente no va a empezar hasta el mes de diciembre y con un nivel de empleo bastante inferior al de años anteriores.

¿Se han tomado medidas de seguridad?

Se ha desarrollado un protocolo para seguir todas las restricciones de higiene y distancia de seguridad. Se desinfecta con ozono todos los días las zonas donde se almacenan y reparten los trabajos. Queremos generar la máxima confianza posible tanto por la parte de los empleados como de los clientes.

¿Cómo se enfrenta la industria del yute a la digitalización?

Esta industria tiene tres retos: la digitalización, la sostenibilidad y la economía circular. Respecto a la digitalización hay dos tipos de empresa: las startups digitales, aquellas empresas, marcas que han surgido a la vera del crecimiento de internet, donde hablamos de pedidos pequeños; y las empresas clásicas, que producen para importantes marcas y que son pedidos más grandes que se realizan para grandes almacenes internacionales.

¿Qué beneficios os aporta el ser una cooperativa?

Lo tenemos claro, esta empresa no sobreviviría si no fuera una cooperativa.