Mañana, 21 de octubre, se cumple el plazo legal dado por la Consejería de Cultura de la Región a las monjas que se llevaron obras de arte del Monasterio de La Encarnación de Mula hasta Elche, cuando se mudaron de convento. El estado de alarma decretado en su momento por la pandemia de coronavirus dio lugar a que los plazos se ampliasen.

Según indicaron fuentes del departamento que dirige Esperanza Moreno, en todo este tiempo (en enero fue cuando las religiosas se fueron de Mula, llevándose con ellas el patrimonio) «se ha tenido contacto» con las hermanas, pero aún no se ha producido ningún movimiento en el sentido de devolver las obras.

Del patrimonio de los muleños faltan decenas de piezas: un Cristo de marfil, varias esculturas del Niño Jesús (entre ellas una de Roque López) y cuadros de primer orden como los retratos del rey Felipe V y de la reina María Luisa de Saboya, así como lienzos de temática religiosa, entre otras.

También se han llevado el relicario original de la Santa Espina, que contenía el Lignum Crucis, así como otros relicarios. La Santa Espina es una reliquia cuya autenticidad está autentificada por el Vaticano y en marzo de 2017 estrenó otro estuche, donado por la Diócesis italiana de Brescia.

El acalde de Mula, Juan Jesús Moreno, mantiene la idea firme de que las obras no tenían que haber salido nunca del monasterio. «Confiamos en la Justicia y en la Dirección General de Bienes Culturales para que finalmente las obras puedan ser devueltas al lugar de donde no tenían que haber salido», indica.

El regidor subraya que se les ha pedido a las hermanas, incluso en varias ocasiones, que recapaciten y devuelvan las piezas que se llevaron «y queremos pensar que lo van a cumplir, pero ya no quedan días y no hemos visto intención de llevarlo a cabo, esperamos estar equivocados». «Las piezas que se llevaron son de un gran valor histórico para Mula y realmente donde tienen que estar es en el BIC del que formaban parte. Además, la gran mayoría de esas piezas han sido donadas a lo largo de las décadas por los muleños para que fueran custodiadas en el convento», manifiesta Moreno.

Del mismo modo, remarca que, «nos sigue preocupando enormemente que las piezas hayan salido de Mula», dado que «en su momento ofrecimos alternativas para colaborar con las hermanas, con las que siempre ha habido una relación excelente; de ahí que nunca pensamos que se estuvieran trasladando a Elche, y más cuando les ofrecimos espacios seguros donde dejar las piezas sin que salieran del municipio».

De los 200 bienes muebles aproximadamente que tiene censados Bienes Culturales a través del Plan Nacional de Monasterios y Abadías del Ministerio de Cultura, que incluye puertas, ventanas, rejas, y decoración variada de iglesia y espacio conventual, las Clarisas trasladaron a la vecina Comunidad Valenciana ocho decenas de bienes muebles, entre los que hay cuadros, esculturas y orfebrería principalmente.

En el caso de que venza el plazo y las monjas no hayan devuelto los bienes, la Consejería de Cultura tendrá que decidir qué paso dar, ya que las religiosas podrían ser responsables de una infracción administrativa a la Ley de Patrimonio Histórico de la Comunidad. A lo largo de esta semana, podrían mover ficha.