El sector de la flor cortada, uno de los más afectados por la crisis sanitaria, afronta la campaña de Todos los Santos con una reducción de producción, debido a la situación crítica que se sigue viviendo. Una pandemia que ha roto todas sus expectativas para este 2020 y que hace tambalear el sector. Con el inicio de la pandemia fueron suspendidas Semana Santa, Fiestas de Primavera, Fallas y todo tipo de celebraciones en los que la flor ornamental estaba presente. Con la producción en curso, en un gesto de solidaridad, los productores de Canaraflor decidieron regalar parte de la producción a hospitales y centros de salud, como gesto de solidaridad a todos aquellos que sufrirán y también a los sanitarios que luchaban contra la pandemia de la covid-19. Ahora organizaciones e instituciones han pedido que la sociedad devuelva ese gesto comprando flor cultivada en la Región de Murcia.

Con la campaña de Todos los Santos, los productores esperan tener un soplo de aire fresco, que aunque no salvará el año, intentarán que sirva para que sus trabajos no se vean mermados. Desde la cooperativa de la pedanía ceheginera de Canara, su gerente, Juan Maravillas, explica que «la afrontamos con ilusión por obligación, se oyen muchas cosas de cierres, de paralización del sector, pero no teníamos más remedio que producir flores, al final las plantamos y no nos queda otra de ver lo que pasa, en principio somos optimista». Sobre la producción, manifiesta que están entre un 15 y 20% menos con respecto al año anterior: «hemos reducido lo que hemos podido, porque había muchos productos que compramos al terminar la campaña de los Santos de 2019, porque la planta madre esta en Kenia o el bulbo esta en Holanda; cuando lo compramos no sabíamos ni lo que era el coronavirus», en este sentido explica que «entre que había cosas que teníamos compradas y otras que si no planta el agricultor ya tiene una falta de ingresos muy fuerte, estaremos entre un 15 o 20% menos que el año anterior».

Sobre los principales mercados de este año, Maravillas hace hincapié en que se centra en el mercado español y portugués, donde también se celebra con bastante fuerza esta festividad.

Desde Canaraflor tienen claro un cambio en el modelo de mercado, del que esperan sacar provecho: «Es muy difícil que el mercado sea igual que otros años, lo que sí puede pasar es que haya algo menos de entrada de flor de fuera por la incertidumbre que supone el mercado actualmente, por lo que por cercanía podemos tener una ventaja competitiva».