El sindicato de enfermería SATSE ha denunciado este viernes que la Administración regional ha dejado en situación de abandono y desidia al centro para personas con discapacidad de Churra (Murcia) a pesar del alto riesgo para la salud de los residentes y del personal de enfermería.

El Centro ha pasado de tener 12 enfermeras a 7, con turnos de 24 horas y, según Satse, "es imposible cumplir con los protocolos marcados por las diferentes administraciones, que exigen el correcto aislamiento y la realización de grupos estancos, y requieren personal suficiente, para evitar el riesgo de contagio hasta el máximo posible".

Concluye este sindicato que "los profesionales se organizan con gran entrega para no dejar descubierto el servicio y poder cubrir de manera adecuada los turnos de trabajo, exponiéndose a días de labor interminable, ante la pasividad de los que deberían estar velando por su seguridad y la de los residentes a los que cuidan".

Denuncia que enfermeros de Murcia aún no están acreditados para la vacunación de la gripe

El Sindicato de Enfermería (Satse) ha denunciado que, transcurridos dos años desde la entrada en vigor del Real Decreto de prescripción enfermera, nueve comunidades autónomas siguen aún sin acreditar a sus enfermeros para poder vacunar de la gripe, a pesar de que la regulación necesaria "se hace en poco más de un día y ocupa tres folios".

Una vez iniciada la campaña de vacunación de la gripe en los diferentes servicios de salud, Satse ha constatado que los enfermeros de Aragón, Asturias, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Extremadura, Galicia, La Rioja, Madrid y Murcia, así como en Ceuta y Melilla, siguen sin contar aún con el respaldo legal necesario para que, una vez acreditadas, puedan indicar y usar medicamentos con todas las garantías y seguridad jurídica.

En el caso de Murcia, hay un compromiso expreso de su presidente de hacer realidad esta acreditación en un corto plazo de tiempo.

La organización sindical incide en que este año la campaña de vacunación de la gripe coincide con la segunda oleada de COVID-19, lo que supone "una situación especialmente difícil que requiere que no haya ninguna barrera u obstáculo burocrático o administrativo que empeore las cosas, no solo durante la campaña de la gripe sino cuando se tenga que producir la del COVID-19".