La Policía investiga si un pirómano está detrás de los incendios que se producen prácticamente a diario en contenedores emplazados en el casco urbano de Murcia. Esta semana, en concreto, el miércoles fue el único día en el que los Bomberos no tuvieron un aviso por este motivo.
En lo que va de mes de octubre, se han producido ya 30 incendios de contenedores en el conjunto de la Región. De ellos, once fueron en el municipio de Murcia. El jueves por la noche, sin ir más lejos, en la calle Olof Palme, en el murciano barrio de San Antón, las llamas alertaban a los vecinos: alguien había pegado fuego a los contenedores. Al lugar se movilizaron seis efectivos de los Bomberos de Murcia, con un camión cisterna, que sofocaron el aparatoso incendio.
Debido a la cantidad de fuegos, y todos intencionados, que se vienen produciendo, bien de noche o a primera hora de la mañana, los investigadores sospechan que se encuentran ante los actos de un pirómano. Si se confirma este extremo, los incendios trascenderían del simple vandalismo y serían signos del trastorno de la conducta que padece su autor.
En concreto, el jueves por la noche tuvo lugar el citado incidente en San Antón, el martes anterior en la barriada del Carmen y el lunes, Día de la Hispanidad, en El Carmen otra vez y en San Basilio.
Y no solo en la capital murciana está ardiendo mobiliario urbano: también en las pedanías. El 3 de octubre, incendio de contenedores en Casillas; el 6, en Beniaján y Los Ramos; el 7, en La Alberca.
Nube negra y explosiones
Por el momento, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad no han detenido a nadie relacionado con estos incendios, aunque siguen con las pesquisas para dar con el o los responsables de los mismos. Los investigadores revisan las cámaras de seguridad que pueda haber en zonas donde han ardido los contenedores, con el fin de que las imágenes les proporcionen pistas. Mientras, los vecinos temen que las llamas y el humo lleguen a sus domicilios. Aseguran los residentes que sufren estos actos que se han llegado a producir explosiones.
La piromanía es un trastorno que puede servir como eximente de la responsabilidad penal: si hay «anomalía o alteración psíquica», el sujeto puede llegar a ser inimputable, establece la ley.
