Los viajeros de las líneas interurbanas de Latbus con mayor demanda volvieron a quedarse ayer en tierra en la primera jornada de huelga. Los usuarios de El Palmar, Puente Tocinos y Beniaján son los que tuvieron mayores dificultades para conseguir una plaza en el autobús en horas punta, según indicó el presidente del comité de empresa de la concesionaria, Francisco Tomás Muñoz Frutos, que cifra en el cien por cien el seguimiento del paro. Los trabajadores en huelga se manifestaron a primera hora desde el Ayuntamiento de Murcia hasta la sede de la Consejería de Fomento.

El paro continuará hoy en las líneas de las pedanías de Murcia y de los municipios del área metropolitana, como Alcantarilla, Santomera, Molina de Segura, Las Torres de Cotillas, Ceutí y Lorquí. Los trabajadores tratan de forzar a la concesionaria a eliminar los recortes establecidos en los servicios a causa de la pandemia y a recuperar la totalidad de las frecuencias.

Aunque la Consejería de Fomento había obligado a Latbus a reforzar las líneas que tienen una mayor afluencia de viajeros, como la de Alcantarilla-Espinardo (44) o la de Beniel-El Raal-Puente Tocinos (31), que tienen unos recorridos muy largos, los servicios mínimos han limitado la circulación al 70% en las horas punta y al 50% el resto del día. Entre las más conflictivas figura también la de El Palmar (26), que llega hasta la Arrixaca.

El presidente del comité de empresa explicó que la primera jornada de huelga transcurrió sin incidentes, aunque destacó que la reducción de las frecuencias en estas líneas con mayor demanda volvió a dejar en tierra a muchos viajeros.

Muñoz Frutos destacó que el paro había tenido «un seguimiento del cien por cien» y calificó de «satisfactorio» el resultado de la primera jornada de huelga. Reprochó a la Consejería y al Ayuntamiento de Murcia que se desentiendan de un servicio esencial, como es el transporte público. Apuntó que la actitud de ambas administraciones permite a la empresa «reducir gastos y mejorar sus resultados, puesto que hay menos autobuses y un 33% de la plantilla está en el ERTE».

Por su parte, el director general de Latbus, Andrés Brugarolas, asegura que la reducción de gastos no compensa los costes que soporta la empresa. «El déficit de explotación es mayor aún ahora. Hay menos costes, pero la reducción de gastos es proporcionalmente menor», aseguró.

Brugarolas explicó que la compañía ofrecía «unas 115.000 plazas en un día normal antes de la pandemia», que se han reducido a 80.000 desde el inicio de la crisis sanitaria. Sin embargo asegura que en este momento el número de usuarios diarios se reduce a 20.000, debido a «desconfianza» y al temor a contagiarse de coronavirus. «Los viajeros irán subiendo al transporte público cuando recuperen la confianza», augura. Mientras tanto, sostiene que «existe una desproporción muy grande entre la oferta y la demanda». Responde al comité de empresa que el número de viajeros que se quedó en tierra durante la primera jornada de huelga «era el mismo» que en los días anteriores al paro. «No está en nuestra mano negociar», aseguró Brugarolas.

La portavoz del Gobierno regional, Ana Martínez Vidal, señaló en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno que se trata de «un conflicto» entre los trabajadores y la empresa. Martínez Vidal apuntó que la demanda de los viajeros ha caído un 82%.

Los grupos municipales de PSOE y Podemos y otras organizaciones como Ecologistas en Acción y Consumur han exigido a la Comunidad y al Ayuntamiento más implicación en el transporte público.