La Audiencia Provincial de Murcia ve indicios para imputar a una neuróloga del Virgen de la Arrixca el delito de homicidio por imprudencia. Lo hace en el marco del proceso judicial iniciado a raíz de la querella interpuesta por la madre de un adolescente, Alejandro, que falleció a los 14 años de edad en el citado hospital murciano por una meningitis, nueve días después de que le diagnosticasen una gastroenteritis.

El titular del Juzgado de Instrucción Nº Ocho de Murcia ya imputó a un médico del Virgen de la Caridad, en Cartagena, por el mismo deceso, aunque archivó entonces el proceso contra la doctora. Ahora, tras el recurso de la familia del adolescente, la sección Tercera de la Audiencia Provincial considera que hay indicios para sentar también a la neuróloga en el banquillo, porque determinó que el menor volviese a un hospital de la ciudad portuaria, con el argumento de que no había sitio en el Virgen de la Arrixaca para tratarlo adecuadamente.

« Lo que la doctora vino a hacer no fue otra cosa que, ante la falta de espacio en una unidad, remite al paciente a otro centro que no dispone de los medios humanos y materiales para tratarlo, lo que inevitablemente llevaría a su fallecimiento. Es sumamente elocuente que solo unas horas después Alejandro sí fue ingresado en el Virgen de la Arrixaca», se lee en el auto.

«Lo pertinente en casos como este es buscarle otra ubicación en el hospital. Parece que la imputada ni lo intentó», prosigue el documento judicial.

Apunta la Audiencia que no existe la «seguridad en que, de haber tomado la decisión adecuada, se habria evitado el luctuoso resultado o, en otras palabras, que no pueda determinarse hasta qué punto contribuyó la omisión de la doctora al fallecimiento de Alejandro», por lo que la imputa.

Subraya la Audiencia que «concurren indicios de que la doctora con su decisión de devolverel paciente al hospital de Cartagena, con pérdida de 13-14 horas, incrementó el riesgo para su vida y sumó una causa más que pudo contribuir al posterior fallecimiento».

Todo comenzó dos días después del 14 cumpleaños del niño, en febrero de 2011, cuando la víctima comenzó a sentirse mal en su domicilio de Cartagena. Tenía fiebre alta, náuseas, un fuerte dolor de cabeza y visión borrosa. Fue a la casa un médico que, tras examinar al menor, diagnosticó que sufría una gastroenteritis y le mandó reposo. Como el niño no mejoraba, su madre lo llevó al Perpetuo Socorro. De ahí, al Santa María del Rosell, también en Cartagena, y de ahí al Virgen de la Arrixaca de Murcia. Nueve días después del primer contacto con un médic0, Alejandro falleció.