La comunidad murciana, gobernada por PP y Cs, es pionera en España. El Consejo de Gobierno de la Región de Murcia ha dado el visto bueno a un decreto-ley por el que se establecen medidas de lucha contra la ocupación irregular de viviendas en la Comunidad, con el objetivo de frenar el movimiento okupa en el territorio regional e impedir así que se menoscabe el derecho a la propiedad privada y la degradación que se produce en los barrios donde las viviendas han sido usurpadas o allanadas.

Así, la Administración regional transforma la Ley de Vivienda en la 'Ley de Vivienda y Ocupación de la Región de Murcia', con el fin de acabar con esta práctica ilegal cuya tendencia en alza tiene su origen en la constitución de organizaciones criminales especializadas en este delito. El nuevo decreto-ley establece un asesoramiento específico para las víctimas de esta práctica que se denominará 'Servicio de mediación hipotecaria y lucha contra la okupación'.

Según comentaba el consejero de Fomento e Infraestructuras, José Ramón Díez de Revenga, actualmente según los datos del Ministerio del Interior, hay 1.078 viviendas okupadas, y más de 100 son viviendas sociales. «El gran problema es que usurpan el sitio de familias que realmente lo necesitan», remarcó.

Además, establece instrumentos para recopilar datos, y así evaluar el alcance y la evolución de la ocupación ilegal de viviendas, como la creación de un canal de denuncias que proteja la identidad de los denunciantes. También refuerza la cooperación entre administraciones para luchar contra esta práctica ilegal, y obliga a los ayuntamientos a notificar los casos que se detecten en sus municipios a través de la Policía Local y los Servicios Sociales.

La Comunidad Autónoma también establece un procedimiento sancionador específico para evitar la ocupación en el parque regional de viviendas sociales, que establece como infracción muy grave, con multas que pueden ir desde los 15.000 a los 90.000 euros. Asimismo, se considera como infracción grave la incitación a la ocupación ilegal de este tipo de viviendas, con sanciones de 3.001 a 15.000 euros.