Sonó la alarma en una vivienda propiedad del banco en la barriada de Los Rosales, en la localidad murciana de El Palmar, y la Policía se desplazó a la zona, para ver si había alguna incidencia. A los agentes que se personaron en el lugar les abrió la puerta una joven embarazada, y en el domicilio se encontraba también la madre de esta. En el piso solamente había un colchón y un sofá.

Aunque las mujeres aseguraron que llevaban ahí días instaladas, e insistieron en que no podían ser desalojadas, especialmente por el avanzado estado de gestación de la chica, la Policía sabía que habían entrado aquel mismo día. Finalmente, ambas accedieron a abandonar de forma pacífica el domicilio, para ir a la que era su casa de verdad: una vivienda ubicada justo en el piso de arriba de ese mismo edificio de la pedanía.

Este episodio tenía lugar recientemente en una de las zonas más deprimidas de Murcia, escenario de diversas operaciones policiales, destinadas especialmente al desmantelamiento de garitos donde se comercializa con estupefacientes.

«Se conocen todos los trucos», apuntan a este diario fuentes policiales, a propósito de los okupas. Un movimiento que en los últimos años, afirman, se ha «profesionalizado» hasta el punto que sus integrantes saber cómo invadir casas y ocuparlas sin que puedan echarles. Tienen desde hace años un manual en el que se detallan los 'agujeros' de la ley.

En el caso reciente de Los Rosales, las mujeres dijeron a la Policía que llevaban allí varios días, esto es, mintieron. Esa mentira era la clave para evitar el desalojo. Según la normal, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad puede desalojar sin orden judicial una vivienda ocupada ilegalmente, siempre que esto se haga dentro de las primeras 48 horas desde el allanamiento.

Si los okupas logran permanecer dos días en casa ajena, se necesita una orden judicial para sacarlos, y entonces, todo entra en una complicada maraña que puede tardar años. De ahí que los okupas traten de probar que llevan allí más de dos días.

Con el problema encima de la mesa, el Ministerio del Interior ha instado a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado a que vigilen más lo que 'rule' por Internet, con el fin de dar con los perfiles de usuarios que difundan los manuales anteriormente citados.

Basta una búsqueda en Google con las palabras 'manual del okupa' para dar con las instrucciones, que detallan no sólo cómo entrar, sino también de como reaccionar si llega la Policía. Asimismo, hay instrucciones hasta de cómo afrontar un proceso judicial, en el caso de que el asunto acabe en los tribunales.

Lo que quiere el Ministerio es, ya que los propios okupas dan pistas colgando sus trucos en la Red, aprovecharse de la torpeza de estas personas, revelando sus tácticas para cometer un delito.

Este rastreo de manuales se recoge en un protocolo de actuación para los cuerpos policiales ante la ocupación ilegal de Interior, complementario de la instrucción dictada por la Fiscalía General del Estado.