Roberto López Abad llegó dispuesto a hablar de su libro pero la fiscal Anticorrupción no le permitió que lo hiciera de corrido en el jucio por los negocios de la CAM en el Caribe que arrancó este lunes en Madrid. El exdirector general de la caja se sentó ante el tribunal de la Audiencia Nacional que le está juzgando por un delito de administración desleal (por las operaciones que se aprobaron para financiar los negocios que la caja montó en el Caribe a través de Valfensal junto a Juan Ferri y José Baldó) con la causa en la cabeza y la documentación en la mano. Y a cada pregunta que la acusadora pública le hacía pretendía contarlo todo. «No me explique usted, le voy a preguntar yo», le tuvo que espetar la fiscal en varias ocasiones a lo largo del interrogatorio para frenar la incontinencia verbal del acusado.

Unas cuestiones que en gran parte se apoyaron en los correos localizados en la cuenta del exejecutivo cuya validez como prueba cuestionó su defensa ante la sala en tanto que, según denunció, fueron interceptados sin su consentimiento.

Sobre estas comunicaciones, base del informe de Deloitte que dio origen a la querella con la que arrancó este proceso, el tribunal pospuso su pronunciamiento hasta que dicte sentencia. Unos correos que, pese a todo, el exdirectivo esgrimió como ejemplo «del modo en que se trabajaba en la CAM poniendo todo por escrito en vez de llamadas de teléfono de las que no quedan rastro. Éramos promiscuos en las comunicaciones», dijo de un modo gráfico López Abad

La fiscal preguntó por las relaciones con los empresarios, que el acusado calificó de profesionales, como también lo era, precisó, la gestión de Valfensal, para la que se seguían los procedimientos y los controles que existían en la caja, concretó. Aunque en las inversiones hoteleras, como era este el caso, la valoración de los terrenos no tenía la importancia que en los negocios inmobiliarios, razón con la que justificó la ausencia de las tasaciones por las que se interesó la acusadora.

El exdirector general declaró que Deloitte introdujo errores en su informe que se han ido perpetuando, negó que Ferri y Baldó tuvieran un trato preferente, rechazó que se creara Tenedora de Inversiones y Participaciones (TIP) para montar una zona de gestión opaca y añadió que «con Valfensal se fue especialmente exquisito».

En cuando a los créditos por los que está sentado en el banquillo, López Abad explicó que no tenía facultades para aprobarlos, que la caja firmaba unos 20.000, lo que hacía imposible que él pudiera supervisarlos todos, y que, en cualquier caso, Valfensal fue un negocio rentable para la CAM y, posteriormente, para el Sabadell.