La prórroga de los ERTE hasta el 31 de enero del próximo año ha supuesto un salvavidas para muchos sectores profesionales abocados a seguir sumando pérdidas económicas de cara a final de año. Sin embargo, los campings o el sector de la restauración han quedado fuera de la prórroga de los ERTE por fuerza mayor, una exclusión «injusta y discriminatoria» para la Federación Española de Campings, opinión que apoya también Alfonso Morenilla, gerente del camping Las Torres (Mazarrón) y presidente de los campings de Murcia.

Las previsiones no son muy buenas, apunta el sector en la Región, que ya está recibiendo cancelaciones para la temporada final de año y principios del que viene o retrasos de las reservas al invierno de 2021.

«Esto acaba de empezar. Las cancelaciones ya van por el 30% y no hay previsiones de mejoría», señala Morenilla. Los campings regionales vienen de pasar un buen verano en cuanto a cifras de ocupación tras un desvío del turismo nacional hacia ofertas más enfocadas al aire libre y a la naturaleza. Las actuales restricciones en la Región de Murcia, que no permiten reuniones públicas o privadas de más de seis personas, sumado a la caída del turismo extranjero de centro-europa, dejará unas cifras este invierno que tendrán como consecuencia reducciones de plantilla, de jornada o cierre de algunos establecimientos durante medio año.

«Nos nutrimos mucho del turismo europeo, jubilados que mantienen al 100% de ocupación nuestros campings y nos encontramos ahora con políticas proteccionistas de sus países de origen que les dificulta a la hora de viajar». Los seguros de automóvil no cubren a esta clientela los accidentes en España ni los seguros sanitarios la cobertura médica en la Región, asegura el presidente de los campings de Murcia.

María del Mar Martínez, propietaria del camping Caravaning en el Mar Menor, señala que con las limitaciones en la Región y las recomendaciones de no viajar a España por parte de países vecinos, los clientes nacionales se quedan en comunidades como la valenciana o la andaluza y el turista extranjero en su casa. «En verano teníamos al 100% de la plantilla, pero con las previsiones que tenemos, nos estamos planteando tomar medidas por falta de ingresos».

Morenilla apunta que la mayoría de los campings están sumidos en un ERTE. En el caso de La Rafa, en Bullas, los empleados temen un cierre de seis meses del camping o despidos pese a que prevén un 50% de ocupación este invierno.