El Trasvase perdería 70 hectómetros cúbicos anuales si se aprueban los caudales ecológicos que contempla el borrador del nuevo Plan Hidrológico del Tajo que está en exposición pública, según avanzó el presidente del Sindicato Central de Regantes del Acueducto (Scrats), Lucas Jiménez, antes de la reunión de la Mesa del Agua celebrada este martes. Según sus estimaciones, perder estas aportaciones equivaldría a «un trasvase cero» durante cuatro o cinco meses al año y representa «la mayor amenaza para el Acueducto desde la reforma del Estatuto de Castilla-La Mancha» del año 2004.

La Mesa del Agua, que preside José García Gómez, máximo responsable de la patronal agroalimentaria Agrupal, se reunió ayer en la sede de la Croem para tratar la situación del Trasvase.

Lucas Jiménez explicó que el borrador en el que se recogen los objetivos que debe cumplir el Plan de Cuenca para los próximos siete años establece un caudal ecológico del Tajo a su paso por Aranjuez de 8,520 metros cúbicos por segundo, 2,5 más que en la actualidad, lo que pondría en peligro la disponibilidad de caudales en la cuenca del Segura. «Es una cifra bárbara», dijo el presidente del Scrats.

Según sus cálculos, si los pantanos de Entrepeñas y Buendía deben aportar esos 70 hectómetros cúbicos para mantener la calidad ambiental del cauce, el Trasvase se mantendrá «en el Nivel 4 entre el 35% y el 40%» de los meses , «lo que supone un trasvase cero» entre cuatro y cinco meses al año. El Trasvase aporta entre 200 y 300 hectómetros cúbicos al año, aunque la cifra oscila en función de las reservas disponibles. En el último año hidrológico se han trasvasado 150, según indicó Lucas Jiménez.

El presidente del Scrats considera que el buen estado de los caudales del Tajo es un objetivo ineludible, pero defiende que «el Trasvase no es el único que debe arrimar el hombro». Recordó que Madrid y los grandes municipios de la cuenca vierten al río unos 500 hectómetros cúbicos de aguas residuales al año, cuyo tratamiento contribuiría a mejorar la calidad ambiental de los caudales que circulan por el cauce del Tajo y evitaría tener que recurrir a las reservas de cabecera.

La revisión de los planes de cuenca arrancó el pasado mes de enero, cuando el Ministerio para la Transición Ecológica sacó a información pública los llamados Esquema de Temas Importantes (ETI) para el periodo 2021-2027, en los que se recogen las previsiones de cada demarcación hidrográfica para los próximos siete años. La pandemia ha obligado a alargar el plazo de alegaciones, que acabará este mes.

Los regantes del Trasvase ya habían anunciado a principios de año que estaban dispuestos a emprender una batalla jurídica para evitar que el aumento del caudal ecológico les privara de los caudales que tienen asignados.

Por su parte, el consejero de Agua y Agricultura y Medio Ambiente, Antonio Luengo, criticó el elevado precio que deben pagar los regantes de la cuenca por el agua y lamentó la incertidumbre en el suministro de los caudales que soportan. Luengo dijo que «actualmente en nuestro país hay agricultores de primera y agricultores de segunda. Mientras que en la Región el precio del metro cúbico de agua para regadío puede superar los 60 céntimos para algunas comunidades de regantes, la media nacional apenas alcanza un céntimo y medio, lo que supone un importante agravio comparativo y genera un aumento de los costes de producción que dificulta la competitividad en los mercados nacionales e internacionales».