Orugas, pulgones, trips, ácaros, moscas, araña roja o el virus de Bronceado del Tomate... La acción negativa de las plagas o enfermedades en los cultivos de la Región de Murcia puede llegar a ocasionar unas pérdidas anuales de 120 millones de euros de un total de 1.900 millones de la producción vegetal. Según las estimaciones recabadas del propio sector agrícola, y que recoge el Servicio de Sanidad Vegetal de la Consejería de Agricultura, estas perdidas pueden llegar a ser del 20% para las especies hortícolas, y del 15% para la fruta de hueso, uva de mesa y cítricos.

Estas cifras entran dentro de lo habitual y están contempladas año a año por Sanidad Vegetal. Todos los cultivos por igual presentan problemas fitosanitarios importantes. En los cultivos hortícolas, la presencia de insectos vectores, es decir, transmisores de enfermedades, como la mosca blanca y los trips, así como la presencia del virus de Bronceado del Tomate, entre otros, son los problemas más significativos con los que se encuentran los agricultores de la Región de Murcia.

En cambio, en plantaciones de frutales estos problemas son mayores por la presencia de insectos como pulgones y trips, así como la mosca de la fruta, que da lugar a importantes gastos para establecer un control, ya sea por medios químicos, tecnológicos o biológicos. Algo similar ocurre con los cítricos, donde debido al mayor nivel de importación de producciones, tanto para consumo en fresco como para procesado, procedente de países terceros tiene en jaque al sector productor. «Esto es debido al gran numero de enfermedades que pueden transmitir y que están poniendo en riesgo la supervivencia de la producción citrícola en países tales como Brasil y el mismo EEUU», señalan desde Sanidad Vegetal.

«El impacto negativo de las plagas, malas hierbas o patógenos es bastante significativo en los cultivos de la Región. Pero la incidencia es impredecible, fluctúa cada año y es lo que nos obliga a que tengamos que estar al pie del cañón pisando el campo todos los años para predecir qué es lo que vamos a tener», remarca el doctor en Ciencias Biológicas e investigador del CEBAS-CSIC, Pedro Gómez.

Este investigador es miembro experto en Virología dentro de un grupo de trabajo perteneciente a la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria. El propósito con el que trabaja este organismo es el de evaluar oficialmente el riesgo sobre la entrada de plagas y enfermedades en la Unión Europea procedente de material vegetal. Gómez señala que estamos expuestos a sufrir continuas plagas en los cultivos murcianos, también si vienen exportados de fuera, pero subraya que todo el material importado en cuanto a producción agrícola «llega muy controlado y chequeado».

Gómez pone el foco en la incidencia contenida en la Región de plagas como el nuevo 'cotonet' o de Loto ( Delottococcus aberiae) en la Comunidad Valenciana o de la cochinilla Pulvinaria polygonata en la Vega Baja, recientes problemas que están poniendo en jaque a los agricultores valencianos. Por un lado, muestra las diferentes formas de cultivo que pueden tener los agricultores de varias comunidades, e incluso de distintas comarcas. Por otro, las condiciones climáticas muchas veces favorecen o restringen el progreso de la enfermedad. «Cuando son insectos dependen mucho de las condiciones ambientales, y para que estos se propaguen necesitan un huésped, en estos casos los cítricos, y que el agricultor no esté al acecho».

Las plagas en la Región ya estaban «establecidas desde hace muchos años y no requieren el establecimiento de un plan de erradicación», remarca el departamento de Sanidad Vegetal. Por lo tanto, las medidas que se adoptan corren a cargo por parte de los propietarios de las explotaciones, con apenas intervención de la administración. «Actualmente solo se están estableciendo medidas de contención para una plaga de reciente aparición, que es la Avispilla del almendro, que afecta a unas 600 hectáreas en la comarca del Altiplano».

Nivel de humedad alto

En la actualidad, la principal afecciones puede venir por la entrada de diversas bacterias, como es el caso de Xylella fastidiosa, que afecta a más de 200 especies vegetales, y el Greening o HLB en el cultivo de los cítricos, aunque es importante destacar que debido a las condiciones ambientales que imperan en la comunidad, estas no son propicias para el desarrollo de estas bacterias que precisan de niveles de humedad altos.