De todos es sabido que nos encontramos ante una crisis nunca experimentada en los últimos años. Una crisis sanitaria que ha conllevado un parón nunca vivido por nuestra sociedad y que está produciendo, todos somos conscientes, una crisis social y económica a nivel mundial, que afecta a todo el país y lógicamente también a la Región de Murcia y a mi ciudad, Cartagena.

Es la mayor recesión en tiempos de paz que ha amenazado a España en su conjunto. El hundimiento del sector turístico y los servicios, el prolongado confinamiento, la preponderancia de las pymes en el tejido productivo... Todos estos factores nos han abocado a una crisis que entre todos debemos de superar, cada uno aportando su grano de arena para continuar hacia adelante.

En esta crisis, la economía se ha paralizado durante varios meses y la recuperación de la actividad se produce en un nuevo entorno. Un futuro más incierto, en el que los procesos productivos y los modos de consumo se ven afectados por las medidas de seguridad sanitaria. Todo ello genera que muchas empresas estén pasando por momentos muy difíciles para sobrevivir.

Pero debemos ser optimistas y ser conscientes de que la recuperación se producirá en función de cómo se diseñe y gestione la estrategia de salida. Es fundamental disponer de una estrategia para recuperar la actividad económica, que proporcione certidumbre, busque consensos y diseñe planes con la colaboración de todos los agentes implicados, particularmente las empresas, y por ende los empresarios de nuestra Región.

Pues bien, en estos momentos, difíciles para muchos, la Autoridad Portuaria de Cartagena está en condiciones de liderar la recuperación de la economía local y regional, ser uno de los motores mejor preparados para hacerlo, si no el más importante junto al Gobierno Regional.

Desde mi punto de vista, la recuperación tiene que centrarse en las empresas, apostando por los sectores que pueden recuperar la 'normalidad' con rapidez y que son elementos tractores para las pymes, eje principal de nuestro tejido empresarial.

Y para ayudar con hechos y no solo con palabras, hemos sido el primer puerto en elaborar un plan de 'Acción Inmediata para la Recuperación Económica frente al covid-19'. Acciones de empuje con una hoja de ruta para los siguientes dos años dotado con 200 millones de euros y en el que nos encontramos en pleno proceso de desarrollo.

El Plan contempla 50 actuaciones comprendidas en doce bloques temáticos y cinco líneas de trabajo. Unas medidas dirigidas a la ejecución de actuaciones de ingeniería completa en el puerto y su integración con la ciudad, principalmente pavimentaciones, instalaciones, mejora y ampliación de muelles, dotándolas de mejores servicios.

A ello hay que sumar actuaciones arquitectónicas con nueva construcción de edificios, y las necesarias asistencias técnicas para llevar a cabo todo ello, sin olvidar nuestra apuesta por la digitalización y el medio ambiente. En definitiva, acciones que promueven el crecimiento de la actividad industrial, lo que conlleva más empleo y estabilidad.

Quiero recordar brevemente que, desde el minuto cero, se adoptaron medidas económicas importantes en el sentido de dar facilidad y respuesta inmediata a la necesidad de aplazamientos y fraccionamientos en las tasas y pagos, y también como responsable del Puerto de Cartagena, di instrucciones desde el primer momento para la agilización del pago a proveedores necesario para inyectar liquidez y colaboración a las empresas locales y regionales. Como ejemplo, estamos realizando semanalmente el abono de las facturas y de esta forma aliviamos económicamente a nuestras empresas, sobre todo a las PYMES (pequeñas y medianas).

Si la actividad económica es el resultado de millones de decisiones de trabajadores, consumidores, inversores, empresas, agentes sociales y económicos en los sectores privado y público, que interaccionan entre sí hasta crear un círculo de intereses, la Autoridad Portuaria, el Puerto de Cartagena, es un fiel reflejo de esas interacciones. Por ello ahora hay que sumar esfuerzos para reactivar la actividad económica, impulsar proyectos y hacer, como dice nuestro lema, «que el motor que nos mueve no pare».

Esta recuperación también pasa por mis grandes objetivos en infraestructuras, entre los que se encuentran la nueva terminal de contenedores y la conexión intermodal, ejes fundamentales para continuar creciendo y desarrollando nuevas oportunidades de negocio. Y mi principal reto es conectar el puerto por tierra, mar y aire.

Una nueva terminal de contenedores es prioridad, conveniencia y necesidad básica, para la expansión de la gestión y actividad que nos convertirá en una gran plataforma intercontinental, junto con el Corredor Mediterráneo, de suma importancia para el puerto, y la conexión de mercancías con Europa, unido a los proyectos de innovación que optimicen los recursos dispuestos y los medios.

Esto nos permitirá situar las mercancías procedentes de Asia en el centro y norte de Europa con una antelación de 4 días en relación con otros puertos situados en la fachada atlántica y norte de Europa. Todo ello, sin olvidar la generación de empleo que supone, 16.000 directos e indirectos una vez que esté a pleno rendimiento. No podemos dejar pasar la oportunidad del enclave estratégico del puerto. Y paralelamente debemos optimizar los espacios del puerto para atender a tráficos consolidados y nuevos que no nos hagan perder oportunidades a corto y medio plazo.

Además, la comunidad portuaria necesita un espacio logístico adecuado al crecimiento de su volumen de actividad. La actuación de la ZAL de Cartagena ofrecerá a las empresas regionales ese espacio dotado de las infraestructuras y equipamientos necesarios para la prestación de servicios logísticos intermodales de una manera ágil, eficiente y sostenible.

Los clientes del puerto demandan estas infraestructuras, y más teniendo en cuenta que en los últimos diez años se ha duplicado el tráfico en la dársena de Escombreras, los accesos viarios están colapsados en algunos tramos, y los ferroviarios son, hoy en día, todavía inexistentes, con la necesidad para la expedición de trenes directa desde el puerto a destino. Para ello, son necesarias una serie de obras de accesibilidad terrestre y ferroviaria, además de espacios logísticos en las que trabajamos para que sean una realidad más pronto que tarde.

Mi empeño, como presidenta de la Autoridad Portuaria, está en que todas estas acciones sean una realidad, ya que contribuirán de forma importante y necesaria para mejorar nuestros tráficos actuales, optimizar las superficies y mejorar los rendimientos en los muelles y, como no, facilitar a nuestras empresas de las herramientas necesarias para su crecimiento, para generar empleo y contribuir a hacer de esta Región una Región más rica, más grande. Hoy no es momento de detenerse, es momento de actuar con nuestros medios.

El puerto de Cartagena tiene y debe, es nuestra obligación, convertirse en palanca para la reactivación económica con nuevas infraestructuras, mantenimiento y ampliación de las existentes, innovación en productos y servicios. Quédense con la confianza de que el Puerto de Cartagena es el motor que ayuda a la ciudad a seguir adelante y a la Región de Murcia a ser puntera en la recuperación económica y social.