La reactivación económica es un objetivo que nos compete a todos, tanto desde el punto de vista individual, como desde las entidades y colectivos que integramos la sociedad en sus diferentes ámbitos. Porque de nuestro acierto o falta de él depende el bienestar económico y social no solo actual sino también de las futuras generaciones.

Por parte de la Cámara de Comercio de Murcia, afrontamos esta situación como una ocasión idónea para reafirmar nuestro compromiso de servicio a las empresas; y así lo plasmamos en nuestro lema en los momentos más duros del confinamiento: ‘Mantenemos las distancias... pero estamos a tu lado más que nunca’.

En todo momento y en cumplimiento de las funciones que tenemos como corporación de Derecho Público, hemos buscado la unidad empresarial y apoyado las medidas de la Administración que hemos entendido beneficiosas para empresas y trabajadores, todo ello sin renunciar a nuestra capacidad crítica en los momentos en que hemos creido que debíamos ejercerla. Porque desde las Cámaras creemos que en la colaboración público-privada está la clave para superar este trance, ya que sin participación activa de las empresas, no habrá salida de la crisis.

Desde nuestras diferentes áreas de actuación nos pusimos manos a la obra para apoyar a uno de los sectores más castigados: el comercio de proximidad. Bajo la denominación Cámon!Reactiva, más de 30 empresas de una gran variedad de sectores empresariales -transporte, alimentación, servicios, automoción, etc- respondieron a nuestra llamada a la solidaridad para realizar aportaciones con las que crear un fondo mancomunado, en el que la corporación empresarial aportó los primeros 100.000 euros. Después se emitieron una serie de talonarios, con bonos de un valor unitario de 15 euros, canjeables por compras de 25 euros en los casi 1.500 establecimientos adheridos a esta iniciativa. La parte subvencionada de cada bono (10 euros) le era reembolsada al comercio, procedente de este fondo.

Esta inicitiva movilizó casi 350.000 euros, con lo que nuestro cálculo es que logramos promover compras por valor de más de un millón de euros en los comercios de proximidad, actuando en tres frentes: la reactivación de las ventas de los comercios que, a su vez, incrementan sus pedidos a las fábricas; el consumo de los clientes que, en algunos casos, pasan por dificultades económicas; y el compromiso de las empresas, como acción de responsabilidad social con su entorno más próximo.

Pero también en el ámbito de la internacionalización, nos adaptamos con agilidad, tranformando nuestras clásicas acciones de promoción en destino, las misiones comerciales y asistencia a ferias, en formatos virtuales, una modalidad en la que la Cámara de Murcia había sido pionera en 2012 con la realización de ‘Planes de Búsqueda de Clientes’, que consistían en el trabajo de un consultor especializado en destino que realizaba la visita a potenciales clientes y posteriormente presentaba su informe de conclusiones en un encuentro virtual.

En cuanto a la financiación de todo este tipo de actuaciones, quiero recordar que la Cámara de Comercio de España es organismo intermedio de la Unión Europea, gestionando fondos procedentes de FEDER y el Fondo Social Europeo, y que tiene la capacidad de hacerlos llegar a todas las pymes españolas a través de la red cameral. Estos fondos son ahora más necesarios que nunca y su orientación no debería desviarse de los objetivos establecidos de impulso a la internacionalización y la competitividad de las pymes.

Y si hablamos de competitividad, no podemos olvidar el valor de la formación para adaptarnos a la nueva situación, adquiriendo o desarrollando los conocimientos y habilidades que impone el nuevo e incierto escenario. En la Cámara estamos ofreciendo desde formación en competencias tecnológicas básicas para la gestión empresarial a través de Aula Virtual, hasta programas ejecutivos, masters y seminarios al más alto nivel dentro de nuestra línea de Formación Ejecutiva, mediante colaboración con entidades nacionales e internacionales de reconocido prestigio, en ámbitos de interés prioritario para las empresas como son Comercio Internacional, Logística y Operaciones, Dirección Comercio o Alta Dirección.

También hemos retomado, con las adecuadas medidas de seguridad, la formación de nuestro Programa Integral de Cualificación y Empleo (PICE) a través del Plan de Capacitación, ofreciendo a jóvenes desempleados menores de 30 años e inscritos en Garantía Juvenil, formación gratuita y específica para la mejora de competencias profesionales que aumenten sus posibilidades de inserción en el mercado laboral.

En definitiva, es mucho lo que hemos hecho, pero es mucho más lo que nos queda por delante, sobre todo cuando estamos conociendo la intensidad del hundimiento del PIB en el segundo trimestre del año, consecuencia del confinamiento decretado para frenar la epidemia. Ya que, aunque todos los expertos prevén un repunte de la actividad económica para el tercer trimestre, los rebrotes durante el verano y la certificación de que estamos ya en una segunda ola de la pandemia mantienen la incertidumbre de empresas y consumidores, y ello marcará la intensidad con la que podamos remontar.

Sobre las medidas adoptadas ya por el ejecutivo, desde las Cámaras hemos abogado por la necesidad de revisar algunas de ellas, por ejemplo, en el ámbito de los avales del ICO, introducir mejoras como ampliar el porcentaje del préstamo que se garantiza, alargar los plazos de amortización e incorporar dos años de carencia.

En materia fiscal, debería contemplarse la suspensión y/o el aplazamiento automático y sin intereses del pago de impuestos nacionales, autonómicos y locales vinculados a sectores especialmente afectados como el comercio, el turismo o el ocio, independientemente de volumen o características del negocio comercial. Además, creemos necesario un aplazamiento del pago de las cuotas a la Seguridad Social, sin coste financiero, para todas las empresas.

Finalmente, quiero apelar a la responsabilidad de los políticos para alcanzar acuerdos en cuestiones esenciales para hacer frente a las consecuencias de la pandemia, así como unos Presupuestos Generales que demuestren estabilidad institucional, tanto en el ámbito nacional como en el internacional.

Para todo ello, ningún esfuerzo sobra. Y desde la Cámara de Comercio de Murcia tampoco vamos a dar un paso atrás, porque somos una institución sólida y con una avalada trayectoria más que centenaria que, en esta situación histórica, quiere seguir al lado de sus empresas, ahora más que nunca.