El presidente de CROEM, José María Albarracín, es de la opinión de que, por encima de colores políticos, debe primar el sentido común para establecer las prioridades de las Administraciones a la hora de abordar un contexto favorable que impulse la reactivación económica de la Región y de todo el país en su conjunto.

¿Qué nuevo escenario económico ha planteado la pandemia del coronavirus?

Estamos viviendo un antes y un después que no solo tiene que ver con la economía. La pandemia nos ha afectado a todos los niveles y ha condicionado nuestra forma de trabajar y de vivir nuestras relaciones familiares y nuestro ocio.

Pero sobre todo la pandemia ha servido para reivindicar lo esencial de la actividad empresarial, que ha garantizado los suministros básicos en una primera etapa y que ahora sigue peleando para mantener los puestos de trabajo en un escenario muy adverso y de futuro incierto. Por eso es fundamental que exista unidad y que se alcancen acuerdos a través del diálogo social. Porque un escenario tan extraordinario va a seguir necesitando de medidas extraordinarias.

Como cara visible del sector empresarial de la Región, ha exigido recientemente medidas «de choque» que reactiven el sector servicios, así como una prórroga de los ERTE. ¿Cree que estas iniciativas acabarán cumpliéndose? ¿Por qué las considera vitales?

El sector servicios es fundamental en nuestra economía porque estamos hablando de miles de empresas de comercio, turismo y hostelería, por ejemplo. Estas actividades requieren de planes específicos y de ayudas que permitan su supervivencia, que rebajen o eliminen sus cargas fiscales y que potencien salvar el empleo.

La prórroga de los ERTE es básica y desde las organizaciones empresariales estamos pidiendo que se siga el modelo alemán, que los contempla hasta finales de 2021, o al menos hasta la próxima primavera como mínimo y sin exclusión de ningún sector de actividad. Que el Gobierno no acceda a ello será negativo y sinónimo de preocupación para los empresarios y por el bienestar de la sociedad en general.

Las ayudas concedidas por el Gobierno, ¿son suficientes? ¿Cree que algún colectivo o sector ha quedado más desamparado que otro ante esta crisis?

En el actual contexto es básico que exista sentido de Estado y que se tengan claras cuáles son las prioridades. La labor de las Administraciones tiene que ser conjunta por encima de colores políticos. Que exista un gran marco estatal que canalice al máximo las ayudas y que éstas se complemente con las Administraciones autonómica y local. Pero todos guiados por un único proyecto. De lo contrario, esto es un caos que solo puede conducirnos a un desastre aún mayor del que ya estamos padeciendo. Las medidas son insuficientes.

Aparte de los mencionados ERTE, hay que extender y aumentar los préstamos del ICO con garantía del Estado, igualmente las comunidades autónomas deben apostar por continuar utilizando herramientas de liquidez a través de las sociedades de garantía recíproca. Hay que aplazar y/o exonerar de ciertos impuestos a autónomos y empresas que más están sufriendo en estos momentos, ordenar la moratoria de pagos de alquileres y reducir el IVA.

En su opinión, ¿cuánto tiempo puede tardar la Región de Murcia en recuperar los niveles económicos previos a esta crisis?

No me gusta hablar de plazos, es aventurar demasiado. Lo que está claro es que esta situación no va a terminar a corto plazo. La normalidad tal y como nos la han querido vender, no es real.

Estamos viviendo ahora un rebrote que obliga a confinar parcialmente territorios, mientras la evolución de la pandemia va al alza y no despeja las sombras de medidas más restrictivas que afectan a la convivencia y, por supuesto, a la economía y la empresa. Todo dependerá de la mejora en la gestión de la pandemia, de los recursos que se destinen a ello y, por supuesto, de la responsabilidad colectiva que demostremos.

¿Sobre qué pilares o áreas debe sustentarse, en su opinión, la reactivación económica de la Comunidad Autónoma?

La actividad empresarial tiene que ser una prioridad. Hay que seguir incentivándola. Y no solo la nueva empresa, sino también las consolidadas. Y muy especialmente hay que acordarse de las pymes, micropymes y autónomos. Son el colectivo más vulnerable.

Hay que seguir abundando también en la diversificación de nuestro modelo productivo. Si es importante invertir en Sanidad, no lo es menos hacerlo en Innovación. De ello dependerá la competitividad frente a otras regiones españolas y, desde luego, la general de España ante países de su entorno.

¿De qué manera puede ayudar la CROEM a la transformación digital de las empresas? Este escenario se ha convertido en un punto clave para la supervivencia de éstas.

La pandemia ha servido de acelerador del proceso de innovación y digitalización. El teletrabajo apenas tenía incidencia en España y ahora hay un Real Decreto-Ley que lo regula. En formación se va a tener que hacer un esfuerzo mucho mayor que hasta ahora para reforzar la educación on line, tanto en colegios como en universidades, escuelas de negocios, etc.

Habrá que adaptarse por obligación porque no hay ya alternativa posible. Eso requerirá más inversiones y que las empresas y las Administraciones tengan claro que esa línea de trabajo es prioritaria.

Finalmente, ¿cree que el estado del bienestar de los murcianos corre peligro?

Peligra el de una nación entera si en lugar de dedicar esfuerzos y recursos a combatir la pandemia y proteger la economía, nos perdemos en otras cuestiones que solo tienen que ver con la política y no con la realidad de lo que vivimos día a día.

Vivimos momentos convulsos que no sirven absolutamente de nada, tenemos que reorientar la convivencia y recuperar los valores básicos. ¿Es tan difícil entender lo que pedimos desde las OOEE a nuestros gobernantes y partidos políticos en general? Nuestros representantes políticos tienen que aparcar de forma inmediata el enfrentamiento y concentrarse en lo que realmente es importante ahora, el control de la pandemia y la recuperación de España.