La Policía Nacional detuvo el viernes al último miembro de un grupo criminal que se dedicaba al robo en el interior de viviendas mediante un modus operandi muy peculiar. Primero seleccionaban a sus víctimas, todas ellas con un alto poder adquisitivo, para posteriormente entablar una relación de amistad y así tener controlada su actividad permanentemente. Cuando el gancho creía que todo estaba perfectamente preparado para poder dar el golpe sin ser descubiertos daban la señal, lo que ellos denominaban como EL SANTO. Es entonces cuando el resto de los miembros de la banda irrumpían en los domicilios y sustraían todos los objetos de valor posibles.

La primera fase de la operación se llevó a cabo a finales del pasado año. Los investigadores concretaron la identidad y el domicilio de los tres miembros de la banda, y establecieron un operativo en el mes noviembre de 2019 que culminó con la detención de dos de los tres miembros de la organización. Durante esta fase de la operación, se llevó cabo un registro domiciliario en el que los agentes intervinieron dos vehículos, dinero en efectivo, gran cantidad de joyas, herramientas de las utilizadas habitualmente para forzar cerraduras y la ropa que había utilizada para perpetrar uno de sus robos. Además, los agentes se incautaron de 20 dosis de cocaína por lo que también se les detuvo por un delito contra la salud pública.

Tras la primera operación, uno de los integrantes de la organización consiguió huir al extranjero, pero los agentes de la Policía Judicial de Murcia no dejaron de seguir su pista hasta el pasado día 25 de septiembre cuando fue localizado y detenido en localidad alicantina de Orihuela.

El detenido tenía en vigor una reclamación judicial por robo con fuerza y una reclamación policial por el mismo motivo. Además, también se le detuvo por los delitos de robo de vehículo y falsificación documental, pues cuando fue detenido estaba haciendo uso de una motocicleta que había sido sustraída en Murcia en el mes de mayo, y de la que dobló la placa de matrícula para intentar no ser descubierto.