Se acerca el momento de la siega y cuando el viajero se acerca a este hermoso pueblo del noroeste murciano, puede ver como los mantos dorados del preciado cereal cubren las terrazas de cultivo en la vega del río Segura, a su paso por Calasparra.

Llegados a inicios del mes de octubre, la espiga ya ha crecido y es el momento de la recolección. Los arroces protegidos por la Denominación de Origen Calasparra, que se cultivan y elaboran son exclusivamente dos variedades. La variedad 'Balilla x Sollana' es un arroz blanco de grano redondo y excelente calidad que al cocinarlo aumenta su tamaño hasta un 70%. Se recomienda este tipo de arroz tanto para paellas como platos dulces, así como guisos, potajes, etc€

Y el 'Bomba', la joya del Arroz de Calasparra, considerado imprescindible por los mejores restauradores españoles adorna las mesas de los principales restaurantes. Arroz blanco, pequeño y redondo, que al cocinarlo aumenta su tamaño hasta un 100% en longitud y grosor, un cereal de exquisita calidad que contribuye a realzar los alimentos a los que acompaña.

¿Y qué es lo que hace único a este cereal?

Empezando por la climatología, ya que se trata de un cultivo de montaña, con una altitud que oscila entre 341 y 500 metros sobre el nivel del mar. Por su sistema de riego, con una constante renovación del agua por medio de terrazas, permitiendo una variada fauna dentro de las plantaciones.

La disposición de las terrazas de cultivo en los márgenes del río Segura, hacen del entorno un lugar especial y lleno de vida, en el que en cada momento del ciclo del arroz, desde su siembra a su recolección, es único e inigualable.

Además esta vega arrocera presenta una elevada importancia para la conservación de la diversidad biológica y forma parte de la Red Natura 2000. Los arrozales del municipio de Calasparra son un ejemplo de cultivo sostenible en un entorno ecológico y su producción está cerca de unos 3 millones de Kilos de Arroz de media anual.

Es en mayo cuando se inundan las terrazas de agua, ofreciendo una estampa única, un cambio de paisaje que las transforma en espejos que reflejan los distintos tipos de luz, haciendo recomendables los amaneceres y atardeceres para una bonita fotografía. En julio cuando predomina el verde intenso, una secuencia de terrazas alfombradas que se tornan en doradas para finales de septiembre. Y a principios de octubre el arroz de Calasparra se recolecta para su elaboración, envasado y puesta en el mercado.

La alternancia del cultivo del arroz con otro tipo de cultivos, que regenera el suelo y aporta los elementos necesarios para mantener una calidad suprema. El mantenimiento de semillas tradicionales que prácticamente sólo se utilizan en Calasparra y la lenta maduración del grano, hacen de este un cereal especial y el mejor arroz del mundo.

En el restaurante del Santuario de Nuestra Señora de la Esperanza se puede degustar esta joya de la gastronomía en un entorno mágico, donde la piedra adquiere diversas formas en los lugares de culto. Un bello rincón caracterizado por la exuberante vegetación del río Segura en sus alrededores, ya que al otro lado del río se encuentra el Bosque Galería, y por la majestuosa presencia de su ermita, capaces de crear un espacio de sagrado, ajeno a las prisas y a los ruidos del mundo.

No solo se trata de sentarse a la mesa y comer, el turismo gastronómico es mucho más que eso, es conocer, aprender, comer, degustar y disfrutar de una cultura gastronómica propia del territorio. Sobre esto, Calasparra tiene mucho que decir, y es que es capaz de ofrecer al turista una experiencia única para disfrutarla en cualquier época del año y en cualquiera de los bares y restaurantes del municipio, en los que el amante de la buena comida encontrará lugares en los que la gastronomía de toda la vida se encuentra con las nuevas tendencias culinarias de la forma más armónica y sabrosa.

Cueva del Puerto

La Cueva del Puerto es una de las más grandes redes espeleológicas de España, cuyo recorrido turístico, abierto al visitante y acondicionado tanto luminosa como acústicamente, hace de la visita a la cueva uno de los mayores atractivos turísticos naturales de esta Villa.

Esta joya del Turismo Subterráneo es una de las cuevas más desconocidas de España, además de ser la cavidad subterránea de mayor recorrido horizontal de la Región de Murcia, y la única adaptada al turismo. Permite al visitante descubrir durante el recorrido de algo más de 1 hora diversas salas y galerías con una gran variedad de formaciones en espeleotemas, estalactitas, estalagmitas, columnas, banderas, coladas, excéntricas, etc. Además, ofrece la oportunidad de observar una gran parte de formaciones pertenecientes al crecimiento hipogénico, muy curiosa y difícil de ver por la escasez de estas formaciones a nivel nacional.

Para los visitantes están habilitados más de 700 metros con un desnivel aproximado de 50 metros, con varios recorridos. Estos recorridos permiten ofrecer distintos tipos de visitas. Por un lado está la visita turística, sin dificultad alguna, ya que el recorrido está perfectamente acondicionado e iluminado.

Aparte, existen otros recorridos más técnicos que son el Espeleoturismo y Espeleo 0, una actividad de iniciación a la espeleología que fomenta la imaginación, la creatividad y la curiosidad de los niños y mayores, gracias a la capacidad de descubrir y conocer cosas nuevas. Durante estos recorridos, un guía se encarga de explicar las distintas formaciones y grandiosidades que nos ofrece esta cueva. Además, el complejo Cueva del Puerto está dotado de Salón de Actos, tienda de suvenires, aula interpretativa y unas vistas maravillosas al Cañón de Almadenes y a los arrozales de Calasparra, que como ya hemos comentado ahora mismo cubren como un manto dorado él entorno de la localidad.