La gran campaña de recogida de productos hortícolas dará comienzo en la Región en apenas doce días. Con los primeros días de octubre, el campo murciano comienza con la recolección de importantes producciones como la lechuga o el brocoli, entre otros productos, y que obliga a la contratación de más personal tanto para las labores de recogida como de manipulado en los almacenes.

Con la llegada de esta campaña agrícola masiva también acompaña una gran preocupación para el sector agrario. Tras los sucesivos contagios entre temporeros con una situación laboral precaria que detectó la Consejería de Salud a principios de septiembre, en dos semanas los rebrotes podrían volver a señalar a las empresas agrícolas como zonas de propagación del virus. Las organizaciones agrarias como COAG en Murcia adelantan una campaña delicada por la pandemia y por las medidas restrictivas en cuanto a la movilidad de los temporeros.

En el punto de mira ponen el transporte de los trabajadores tanto a las explotaciones como a los almacenes. La delegación de Comisiones Obreras en el Valle del Guadalentín señala que las autoridades policiales han detectado en el municipio de Lorca autobuses con más trabajadores del campo de los permitidos para viajar en ellos, según la normativa sanitaria vigente en la Región.

Las propias empresas de transporte en autobús, señala el sindicato, han denunciado esta situación que se vive en sus vehículos. «Se van a mover una gran cantidad de autobuses, furgonetas y coches particulares a partir de octubre, dentro y fuera de la Región, y se constata que no se guarda la distancia de seguridad ni se controla el aforo», subraya Ángel Torregrosa, delegado comarcal del Guadalentín de CC OO.

Por su parte, Miguel Padilla, presidente de COAG Murcia, reclama a los ayuntamientos y a la Comunidad que faciliten alojamientos a los trabajadores agrícolas que se constate que no pueden guardar la cuarentena en buenas condiciones por residir en viviendas pequeñas o compartirlas con familiares que también trabajan en el campo. «Las empresas están poniendo las máximas medidas de seguridad para sus trabajadores pero pedimos que si hay un empleado positivo, este se aísle y no venga, porque se puede acabar quedando sin trabajo él y el resto de la plantilla». Torregrosa matiza las palabras de Padilla y señala que las compañías agrícolas «han bajado la guardia» en cuanto a controles y medidas de higiene en sus centros.

Precisamente la Consejería de Salud pretende realizar test de detección del virus en 10 grandes compañías agrícolas regionales. En Totana y Lorca los positivos en las explotaciones agrarias y almacenes ha supuesto en las últimas semanas un pico de contagios importante que Salud busca atajar.

«En los almacenes de manipulado se han reducido los equipos, pero al contratar más personas por la llegada de la campaña grande de otoño e invierno, es posible que haya más contagios», explica Padilla, que reclama a las autoridades «fórmulas para que la persona que no pueda guardar la cuarentena tenga opciones de manutención y alojamiento sin temor a que pierda el trabajo».

El delegado sindical reclama mayor desinfección de los almacenes y más seguridad en las máquinas de recolección en el campo, donde se congregan muchos trabajadores en torno a las cintas.