Las mujeres representan el 44,2% de la plantilla investigadora de la Universidad de Murcia (UMU) pero solo ocupan el 28,9% de puestos de máxima categoría, solo el 31% alcanza puestos de liderazgo investigador y solo obtienen el 26% de la financiación total, datos que demuestran que "sigue existiendo una brecha entre hombres y mujeres".

Así se desprende de un Estudio de género en el ámbito científico en la institución que ha elaborado la profesora de la UMU, la doctora Ana Guitérrez Montes, quien ha dado a conocer los resultados en una rueda de prensa en la que ha estado acompañada por la vicepresidenta del Gobierno regional y consejera De Mujer, Igualdad, LGTBI, Familias Y Política Social, Isabel Franco, y el rector de la institución docente, José Luján.

Gutiérrez ha citado un estudio nacional del Ministerio de Ciencia datados en 2017 y que demostraban una brecha de género "muy pronunciada" en la carrera investigadora. En las etapas iniciales, con menos responsabilidades, hay más igualdad en las posibilidades de hombres y mujeres, pero evolucionan de forma diferente a medida que se avanza de forma profesional.

Los últimos datos de la UMU en este ámbito datan de 2012 y, hasta la fecha, no se había realizado un estudio en profundidad para conocer la percepción de la comunidad investigadora sobre los factores que influyen en esta desigualdad.

En este sentido, el estudio perseguía obtener información actualizada sobre la situación en la plantilla investigadora con una perspectiva de género para ver si existe algún tipo de desigualdad en el puesto de trabajo, en el liderazgo investigador, en la financiación de la investigación y en la producción científica.

Además, el estudio pretendía conocer la percepción de la comunidad investigadora sobre posibles desigualdades en este ámbito. Para conseguirlo, tuvo la colaboración de la sociedad de investigadoras españolas en el Reino Unido, que habían realizado una encuesta en 2019 sobre percepciones que crean barreras.

Gutiérrez ha señalado que existen desigualdades de género en la UMU en los cuatro ámbitos estudiados. En lo que respecta al puesto de trabajo, el 44,2% de la plantilla investigadora corresponde a mujeres, pero "existe un efecto tijera a lo largo de la carrera investigadora" y solo un 28,9% de los puestos de máxima categoría corresponde a mujeres.

Estos datos son similares a los ya establecidos por el Ministerio de Ciencia e Innovación a nivel nacional en 2017, que apuntaban a un 21% de mujeres en las posiciones más altas. Además, son datos coincidentes con los del CSIC, que en 2019 posicionó un 26,5% de las mujeres en los puestos más elevados, que en el caso de la plantilla del propio CSIC se eleva al 35,9%.

También se puede medir la desigualdad en el puesto de trabajo mediante el cálculo del índice del techo de cristal, y que representa las dificultades o barreras que tienen que superar las mujeres para acceder a puestos de máxima categoría. Así, un índice igual a '1' quiere decir que no existen dificultades, y un índice superior a '1' mostraría que existe este techo de cristal para las mujeres.

En el caso de la UMU, el índice de techo de cristal en 2018 era de 1,63, que es muy cercano a la media europea pero está por debajo de la media nacional (1,83) según el documento 'Científicas en cifras'. Aunque sean datos "positivos", comparados con los del CSIC, "nos podríamos posicionar con los datos que en este Centro tenía en los años 2006 y 2007". Desde entonces, el CSIC ha disminuido el índice al 1,35.

También se encontraron diferencias sobre desigualdades en el liderazgo investigador, que se sitúan en el 31% en el caso de las mujeres en la UMU. Se trata de un liderazgo en convocatorias de proyectos competitivos a nivel nacional, que en toda España se sitúa en el 32% según datos del Ministerio de Investigación; y la media se eleva al 35,9% en el CSIC.

Del total de la financiación obtenida a nivel nacional por la UMU, tan solo el 26% fue conseguido por investigadoras, lo que es ligeramente inferior a los datos nacionales (29,38%), y ligeramente inferior también a los datos del CSIC.

Por otro lado, Guitiérrez ha reconocido que las diferencias en la producción investigadora son difíciles de evaluar. En este caso, ha valorado el número de sexenios medio. Para la UMU, los datos demuestra que sigue existiendo una brecha entre hombres y mujeres, ya que existe una mayor producción investigadora en los sexenios masculinos. Mientras tanto, en el CSIC no hay diferencias entre hombres y mujeres a este respecto según datos del 2019.

El estudio también ha medido el potencial máximo, que arroja más información sobre la situación actual de la plantilla. "Todas estas desigualdades conllevan una precarización de la situación laboral de las investigadoras en la UMU, y conlleva a una falta de visibilidad, de oportunidad, de recursos, de financiación y, en última instancia, una falta de la carrera investigadora", ha señalado.

PERCEPCIÓN DE DESIGUALDADES

En lo que respecta a la percepción entre las desigualdades de género en el ámbito investigador, ha señalado que es diferente entre hombres y mujeres.

Así, las investigadoras perciben más desigualdad de género que los investigadores, y perciben que sus compañeros tienen algunas ventajas en algunas tareas investigadoras tales como el liderazgo, el acceso a círculos de influencia o la obtención de reconocimiento por las contribuciones intelectuales. No obstante, no se han encontrado diferencias en el trabajo diario entre investigadores de un sexo u otro, ha señalado.

Se han definido como factores con una influencia negativa, en orden decreciente: las responsabilidades familiares, el tener hijos, disfrutar de la baja por maternidad o paternidad y las tareas domésticas para el 70% de las mujeres. Sin embargo, para la percepción masculina, este porcentaje disminuye al 40%. Además, los hombres percibe el disfrute de la baja por maternidad o paternidad como un factor positivo.

Estos datos chocan con las últimas cifras de la UE en materia de igualdad, que muestran que las mujeres invierten 22 horas a la semana en tareas de cuidados y responsabilidades domésticas frente a las 9 horas de los hombres.

En último lugar, ha indicado que tanto los hombres como mujeres indicaron como factores positivos para desarrollar la carrera investigadora la disponibilidad para trabajar largas jornada, así como la facilidad para la movilidad geográfica.

En el caso del sistema universitario, "no tiene vistas de que vaya a resolverse rápidamente, porque los borradores de los proyectos de modificación de la LOU quieren, incluso, aumentar la movilidad geográfica mínima exigida de seis a nueve meses", según Gutiérrez.

MEDIDAS A PONER EN MARCHA

En lo que respecta a las medidas para atajar esta situación, Gutiérrez ha señalado que actualmente hay abierto un proceso para recoger las medidas en las distintas universidades, extranjeras, europeas y españolas. Luego, ha señalado que habrá evaluarlas desde el punto de vista económico a ver si son plausibles y cuales tendrán que esperar a que la situación económica mejora.

Franco ha afirmado a este respecto que el Gobierno regional ya trabajando en ello y, de hecho, ha recordado que trabaja con la UMU financiando su la Unidad de Igualdad con 30.000 euros anuales "para que disponga de esa colaboración a la hora de distinguir cuales son las medidas que se tienen que adoptar".

Luján, por su parte, ha señalado que la UMU está trabajando en el II Plan de Igualdad de la UMU y, puesto que 2020 es un año que ha complicado "todo extraordinariamente", espera que esté listo, al menos, en 2021.