El cambio en la organización de los cursos dentro de los centros educativos a finales de agosto, cuando las Consejerías de Salud y Educación acordaron establecer un modelo semipresencial para todas las etapas educativas, supuso un varapalo a lo realizado por los centros hasta entonces del que todavía hoy no se han recuperado.

A un día de comenzar el curso muchos institutos y colegios siguen sin tener claro en qué circunstancias pueden aplicar ese modelo semipresencial si una clase en concreto, de un curso determinado, sobrepasa el límite de aforo por el que tendría que mandar a casa al alumnado un día a la semana o dos o tres en el caso del segundo ciclo de la ESO y Bachillerato. La queja llega debido a los diferentes criterios que trasladan los inspectores de educación a los equipos directivos cuando estos últimos les consultan cómo llevar a cabo esa organización. «Si una clase de primero de la ESO sobrepasa los 24 alumnos y hay que plantear el modelo semipresencial, no entendemos cómo con el resto de clases del mismo curso, aunque no superen los 24 estudiantes, deben igualmente ir al mismo modelo de enseñanza desde casa un día a la semana», señalaba el director de un instituto de la Región esta semana.

Este desconcierto genera dudas a la hora de diseñar los grupos de cada curso.