El despertador ha sonado bien temprano esta mañana en muchas casas. El 'día D' ha llegado y se ha puesto en marcha toda la maquinaria educativa para un curso escolar que nace con incertidumbre, con muchos frentes abiertos y con una sombra de temor por el coronavirus en profesores, padres y alumnos. Esta semana, desde este lunes y hasta el viernes, de forma escalonada, se incorporarán en torno a 265.000 alumnos murcianos a los centros educativos, los mismos estudiantes que desde el 16 de marzo no han vuelto a sus colegios o institutos ni a ver a sus compañeros.

Son aproximadamente 850 centros educativos los que hace seis meses tuvieron que cerrar sus aulas ante el avance de la pandemia por el virus SARS-CoV-2. Tras el retraso del inicio del curso una semana para ganar algo más de tiempo en la organización de los centros, estos vuelven a abrir sus aulas con el temor a regresar a una modalidad online para la que, insisten desde los equipos directivos, siguen sin estar preparados. Desde que terminó el pasado curso en junio y hasta ahora, la evolución de la pandemia y la falta de recursos humanos y técnicos en los colegios e institutos ha obligado a las Administraciones central, regional y las locales a variar planes infinidad de veces, poner encima de la mesa dinero o recursos y organizar reuniones de última hora para trasladar la imagen de que el comienzo del curso será seguro.

Las autoridades sanitarias avanzaban esta semana que tanto los casos positivos como contagios en el propio centro escolar se darán y que solo un estricto cumplimiento de todas las medidas de higiene y prevención contra la covid lograrán frenarla. Los giros de tuerca a un curso, que comienza en plena segunda oleada de la pandemia en la Región y con un modelo semipresencial, terminaron de darse el pasado viernes con la contratación de 700 profesores interinos de apoyo para Primaria (en total ahora 1.500 para todas las etapas educativas). Una contratación que los centros quieren aprovechar para rebajar las ratios de sus aulas y desdoblar grupos que sobrepasen el límite puesto por la Consejería de Educación. Deberá ser este departamento regional quien autorice los desdobles y ya han avisado que se producirán de forma puntual y no como norma general aunque lo solicite el colegio o instituto.

Este límite está marcado para Infantil, Primaria, primero y segundo de la ESO (alumnos de 3 a 14 años), que desde el lunes 21 de septiembre irán a clase cuatro días a la semana. La enseñanza será presencial estos cuatro días en aquellos grupos que sobrepasasen los 20 alumnos por aula, en el caso de Infantil y Primaria, y los 24 alumnos por aula en el caso de 1º y 2º de ESO. Se hará así con el fin de guardar la distancia de seguridad de 1,5 metros en todos los espacios y de reducir un 20 por ciento la presencialidad de los alumnos.

En el segundo ciclo de la ESO, los alumnos de tercero y cuarto tendrán educación semipresencial con días alternos de asistencia al centro (2 o 3 días semanales) en aquellos grupos que sobrepasen los 24 alumnos por aula, lo que rebajará la presencia del alumnado en el centro al 50%. En Bachillerato el sistema será el mismo. Durante los días en los que el alumno no asista al centro, este podrá seguir las explicaciones del profesorado mediante videoconferencia en directo o a través de videolecciones y realizará las actividades que el profesorado planifique.

Esta organización no ha convencido nunca a la comunidad educativa, que ha abogado por facilitar el desdoble de grupos buscando más espacio tanto en los centros como en dependencias municipales para dar clases. La bajada de las ratios, señalan desde las asociaciones de padres y madres, centros y estudiantes, no debería ir en la línea de quitar días de presencialidad al alumnado sino de ganar espacio en el aula para garantizar el metro y medio de distancia.

Los centros harán los posible por mantener los grupos estables entre el alumnado para que haya el mínimo contacto posible entre una clase y otra. Por delante queda un año escolar con el uso de la mascarilla obligatoria, higiene de manos y desinfección continua de material y una relación social con los compañeros que no podrá ser como antes.