Con la mirada puesta en el cielo y «el miedo aún en el cuerpo», así recuerdan los vecinos de Los Alcázares los días 12 y 13 de septiembre del 2019 en el epicentro de la «peor» DANA del último siglo en la Región. Trescientos sesenta y cinco días más tarde, los pueblos ribereños han conseguido recuperar gran parte de los daños materiales que sufrieron durante la gota fría. Sin embargo, la sensación generalizada entre los vecinos de Los Alcázares, San Javier y San Pedro del Pinatar, los más afectados por este fenómeno meteorológico, se resume en un inmenso temor a que otro episodio similar al de las lluvias torrenciales del año pasado arrase nuevamente sus hogares recién reformados.

«Hasta el techo del garaje me llegaba el agua», explica María Tribaldos, natural de Jaén pero afincada en Los Alcázares todos los veranos desde hace casi cuarenta años. «Cuando me acuerdo se me remueve todo, no te creas, este verano me ha costado venir, tenía mucho miedo», comenta desde la playa de Manzanares con José Panolés, vecino del pueblo. «Ya me hubiera gustado a mí estar así de a gusto como ahora hace un año», bromea Panolés, «pero la situación era bien distinta. Cubo de agua tras cubo de agua», resopla mientras pone su mano en la frente. «Es que hay que tener en cuenta que no habíamos salido de una para meternos en otra; hacía menos de tres años de la DANA del 2016, que también dejó muchísimos daños y muchas viviendas y negocios destrozados», insiste el vecino de Los Alcázares.

Aun así ambos coinciden en que «los seguros se han hecho cargo de los gastos» y que, aunque con una ligera demora, el consorcio atendió las solicitudes de todos los habitantes. «Éramos muchos los vecinos que estábamos en la misma situación en esos momentos y requeríamos simultáneamente a los peritos», añade otra vecina que se suma a la conversación en primera línea de playa.

Para los habitantes de los pueblos ribereños, el principal problema es «que ha pasado un año y aquí nadie ha hecho nada, si vuelve a haber otro episodio de lluvias fuertes vamos a tener el mismo problema, pero parece que los políticos no se dan cuenta», lamenta a sus 72 años Pedro García, natural de Los Alcázares. «Llevo viviendo episodios de inundaciones desde que tengo uso de razón, el primero que recuerdo, allá por los años cincuenta», explica, «por lo que no me vale que me digan las administraciones que no sabían lo que iba a pasar», sostiene de manera contundente. «Mientras el agua siga bajando por las ramblas y éstas se desborden, aquí seguiremos sufriendo inundaciones y teniendo que recomponer nuestros hogares de cuando en cuando», se teme mientras se encoge de hombros.

Son muchos los vecinos que a la espera de soluciones de mayor envergadura por parte de las administraciones competentes y con poca confianza en conseguir remedios eficaces a corto plazo, han instalado diques de contención de aproximadamente 80 centímetros de alto en las puertas principales de sus viviendas, patios y garajes con la intención de frenar el avance del agua hasta el interior de sus domicilios «aunque sea de una manera rudimentaria». Algunos más sofisticados de aluminio y con un riel metálico para poder colocarlo y extraerlo cuando sea necesario. Otros más austeros de madera y que se instalan a presión pero, «el caso es apañarnos como podamos», explican los vecinos.

Lo que está claro, es que los habitantes de los pueblos ribereños tienen muy presente la DANA de hace un año y no descartan la posibilidad de que este año se produzcan inundaciones nuevamente; en las terrazas de muchas viviendas ondean banderas con mensajes como «Stop inundaciones» o «Soluciones ya», un reflejo de las múltiples concentraciones y marchas reivindicativas que se han venido celebrando durante los meses posteriores a la gota fría en Los Alcázares y a los que se han sumado vecinos de todos los pueblos ribereños preocupados por el futuro de sus viviendas.

Pero, a pesar de haber pasado un año de la catástrofe natural que mantuvo en vilo a los vecinos a los vecinos del Mar Menor, muchos de ellos aún no han podido regresar a sus viviendas. Es el caso de Santiago Pérez, vecino de Los Alcázares y presidente de la plataforma ciudadana 'Stop Inundaciones', quien explica que debido a los grandes destrozos provocados por la gota fría en su domicilio, «hemos tenido que hacer muchas reformas para dejar la vivienda en condiciones», además, «cuando parecía que estaba la obra encaminada después de tantos meses, empezó el confinamiento y tuvimos que pararlo todo», por lo que no será hasta finales de este mes cuando regrese por fin a su pueblo. «He tenido que estar viviendo en casa de familiares y de un lado para otro durante todo este tiempo», añade.

A día de hoy, según ha podido comprobar la plataforma 'Stop Inundaciones', más de un veinte por ciento de los vecinos que tuvieron que abandonar sus viviendas tras la DANA, no han regresado aún.

Otros lo han hecho hace pocas semanas, como Virtudes Pérez, de 82 años de edad. «Me llegaba el agua hasta las rodillas», explica mientras señala los destrozos que provocó la gota fría en el domicilio en el que reside desde hace 58 años. «Tuvo que venir a ayudarme toda la familia», relata Pérez, «estuvimos intentando sacar el máximo de agua posible pero no paraba de entrar», recuerda la vecina. «Después vino un muchacho de Protección Civil y nos dijo que si nos íbamos a uno de los pabellones que habilitaron», añade Pérez, rememorando el gran despliegue de efectivos que se trasladó hasta la zona para contribuir a paliar la agónica situación por la que estaban pasando cientos de vecinos.

«Fue un desastre», prosigue Pérez, «al vivir en un bajo se me echaron a perder todos los muebles. Lo he tenido que cambiar todo», asegura mientras señala al salón-comedor, la zona que más daños sufrió por encontrarse muy cerca de la puerta principal. Además, la vecina explica que cuando la DANA arrasó su vivienda «acabábamos de terminar de reformar la casa después de todos los daños que sufrimos del episodio de 2016 y que no sirvió para nada», como tantos vecinos de San Pedro, San Javier y Los Alcázares, Virtudes tuvo que cambiar también «todos los electrodomésticos: frigorífico, horno, microondas, lavadora» y hasta las puertas interiores de la vivienda. Es por ello que «cada vez que se pone el cielo negro y dan previsiones de lluvia me pongo mala», confiesa, «les pregunto a mis hijos si va a llover y no me lo dicen para que no me ponga más nerviosa, pero es que es un sin vivir y una incertidumbre constante», asegura Pérez.

Es la sensación que mantienen todos los vecinos de las localidades afectadas por la DANA el pasado mes de septiembre de 2019. Consideran que ha sido un año «perdido», ya que a pesar de haber puesto en marcha varios proyectos que en estos momentos se encuentran pendientes de licitación como la recuperación de la rambla de la Maraña, la rambla de Pozo Estrecho, así como la ampliación del canal de drenaje D7.

Durante estos meses solamente se han hecho efectivas algunas obras menores de carácter municipal, como la ampliación de la red de pluviales de Los Alcázares que, aunque aumenta la capacidad para el transcurso del agua, «son insuficientes» en caso de que las lluvias torrenciales lleguen hasta los municipios ribereños. «Aunque estamos agradecidos con el trato recibido por parte de la CARM y la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), pedimos mayor celeridad», insiste Jesús Roca desde la plataforma ciudadana 'Saldremos a flote', otra de las agrupaciones vecinales que nació para aunar fuerzas y conseguir soluciones definitivas a las inundaciones.

Plataformas 'Stop inundaciones' y 'Saldremos a flote'

Por su parte, las plataformas ciudadanas 'Stop inundaciones' y 'Saldremos a flote', que nacieron con el propósito de que las administraciones competentes aportasen a los vecinos soluciones definitivas ante el problema de las inundaciones, hacen un «balance negativo» de este primer año tras la Dana. Santiago Pérez, presidente de 'Stop inundaciones' le da «un suspenso» a las intervenciones que se han llevado a cabo para paliar los posibles efectos de la gota fría en los pueblos ribereños. «Solo se han llevado a cabo actuaciones de carácter municipal tanto en Los Alcázares como en San Javier y San Pedro», asegura Jesús Roca, portavoz de 'Saldremos a flote'.

«Pedimos celeridad para que se lleven a cabo tanto la recuperación de las ramblas de La Maraña y Torre Pacheco, como la ampliación del punto crítico del canal de drenaje D7. Si llueve este año, volveremos a inundarnos», asegura.