El Gobierno murciano ha acordado que el municipio de Jumilla, al tener una tasa de incidencia acumulada de 710 casos de coronavirus por cada 100.000 habitantes, cifra que se ha disparado en los últimos días y que multiplica por cinco la media regional, pasa a la fase 1 de confinamiento flexibilizada, como ya lo hizo en su momento Totana.

La vuelta a esta fase trae consigo medidas como la restricción de la movilidad y circulación entre este municipio y otros de la Región para evitar la propagación del virus, además de la prohibición de reuniones públicas y privadas que superen las seis personas (aunque esta medida es de aplicación a todo el ámbito regional). En cuanto a la hostelería, solo podrán abrir el 50% de su capacidad en las terrazas y con horario de cierre hasta las doce de la noche como máximo.

El consejero de Salud, Manuel Villegas, explica que con esta decisión de un nuevo confinamiento flexibilizado en Jumilla "buscamos el mismo efecto que tuvimos en Totana, que al limitar la movilidad registró una caída inmediata de la incidencia de contagios".

Villeas sostiene que la evolución de los casos positivos "sigue siendo preocupante" y aunque ha lanzado un mensaje de agradecimiento para quienes dan todos los días una lección de responsabilidad y cumplen las normas establecidas, así como miles de profesionales sanitarios que afrontan de cara la creciente demanda asistencial, ha dado un tirón de orejas a los incumplidores, ya que hasta el momento se han tramitado 6.100 denuncias en la Región de Murcia.

Pese a que considera que "es mejor el confinamiento de persona o familia que el de una ciudad entera", insiste en que en casos como el de Jumilla es necesario.

El responsable de Salud también ha anunciado este jueves que en la pedanía caravaqueña de Archivel se vuelve a prorrogar la fase 1 flexibilizada una semana más con el objetivo de controlar el brote activo actualmente, originado en una fiesta de barbacoa.

En Lorca los expertos de Salud Pública han determinado que se va a continuar con el seguimiento estrecho de los casos, realizando trabajo in situ como se hizo en Mazarrón, "lo que nos permitió solucionar un brote que nos podía haber dado más problemas". Por ello, los técnicos se desplazan a la zona para ver cómo actuar en cada situación.

El consejero de Salud reconoce que existe un problema de contagios sociolaborales en todo el Valle de Guadalentín, por lo que están tranjando en un plan específico para colaborar con las empresas del sector agroalimentario.

Y en Totana, aunque en un primer momento se logró aplanar la curva, "la situación actual es algo preocupante", por lo que volverán a trabajar conjuntamente con los servicios municipales para intentar contener los nuevos contagios.