El municipio de Jumilla ha vuelto a quedar confinado en una fase 1 flexibilizada, al igual que ocurrió antes con Totana y hace una semana con la pedanía caravaqueña de Archivel.

Los contagios de coronavirus en esta zona del Altiplano están descontrolados, con una tasa de incidencia de 710 por cada 100.000 habitantes, lo que ha llevado al Gobierno regional a decretar medidas más restrictivas que limitan la libertad de movimiento en la localidad, tal y como se acordó ayer en la Comisión de Seguimiento Covid.

La vuelta a esta fase trae consigo medidas como la restricción de la movilidad y circulación entre este municipio y otras zonas de la Región. El consejero de Salud, Manuel Villegas, informa de que con esta decisión de un nuevo confinamiento flexibilizado en Jumilla «buscamos el mismo efecto que tuvimos en Totana, que al limitar la movilidad registró una caída inmediata de la incidencia de contagios».

Villegas sostiene que la evolución de los casos positivos «sigue siendo preocupante» y aunque lanza un mensaje de agradecimiento para quienes dan todos los días una lección de responsabilidad y cumplen las normas, así como para los miles de profesionales sanitarios que afrontan de cara la creciente demanda asistencial, da un tirón de orejas a los incumplidores, ya que hasta el momento se han tramitado 6.100 denuncias en la Región.

La medida anunciada por el Gobierno regional para situar a Jumilla en fase 1 flexibilizada no ha pillado por sorpresa a los vecinos, que esperaban alguna decisión para frenar la transmisión del virus. Al ser preguntados por la calle, la mayoría apuntan a la «irresponsabilidad» de cierta parte de la población que durante las fechas de las Fiestas de la Vendimia han celebrado comidas y reuniones en las casas de campo, obviando las medidas sanitarias y haciendo de ello el caldo de cultivo perfecto para que el virus se haya descontrolado.

De hecho, según la Policía Local de Jumilla, desde el jueves 3 de septiembre al lunes 7, cuando la cifra de contagios ya estaba disparada, se han impuesto 155 sanciones relacionadas con el incumplimiento de llevar mascarilla y otras 26 que corresponden a reuniones en las que se superaba el número de personas permitido y en las que no se cumplían con las medidas de seguridad.

Muchas de las terrazas de bares y restaurantes estaban ayer vacías. En el centro del municipio, frente al Teatro Vico, un joven camarero de la Heladería Cinema lamenta que se haya llegado a esta situación, que va a perjudicar a todo el sector. «Después de haber vuelto a arrancar con mucha ilusión tras los meses de confinamiento, es una lástima que tengamos que volver a reducir aforo», afirma.

Lo cierto es que la situación en Jumilla también ha influido en la ciudad vecina de Yecla. Allí la preocupación se centra ahora, sobre todo, en el sector del mueble, ya que decenas de jumillanos acuden a diario a alguna de las fábricas de muebles y colchones yeclanas.

En Lorca Salud ha decidido mantener las restricciones impuestas el 19 de agosto y se hará un trabajo in situ como se hizo en Mazarrón, «lo que nos permitió solucionar un brote que nos podía haber dado más problemas». Por ello, los técnicos se desplazan a la zona para ver cómo actuar en cada situación. El consejero de Salud reconoce que existe un problema de contagios sociolaborales en todo el Valle de Guadalentín, por lo que están trabajando en un plan específico para colaborar con las empresas del sector agroalimentario.